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El tráfico de Rande sopla las 40 velas

El esqueleto del puente de Rande, ya instalado sobre la ría. Magar

Uno de los símbolos de la ría de Vigo, el puente de Rande, está de aniversario. Hace justo 40 años, se inauguraba con la apertura al tráfico. Fue un momento histórico, inolvidable y clave para la ciudad olívica y el resto del área. La irrupción de los primeros vehículos sobre el asfalto de la infraestructura consumó un anhelo ciudadano unánime. Puso punto final al riesgo de colapso de la N-550 y descorchó una nueva etapa en las comunicaciones de Galicia.

“Diga usted que soy un vigués cualquiera, permítame que ni siquiera diga mi nombre. Da lo mismo. Soy uno de tantos que, desde niño, soñó con ver este día y cruzar el puente de Rande entre las dos orillas”. Así comenzó FARO DE VIGO la crónica de la apertura al tráfico de esta infraestructura de vital importancia para la comunidad, a la que le dedicó dos fotos en la portada y un suplemento de 36 páginas en el interior. Hoy, 7 de febrero, se cumplen cuatro decenios de ese “día histórico” tan bien resumido “con mal contenida emoción” por un hombre “de unos 50 años” preguntado por el periódico decano momentos antes de que el director general de Carreteras cortase la doble cinta, con los colores de las banderas de Galicia y de España, para inaugurar oficialmente la autopista del Atlántico (AP-9) en su tramo Vigo-Pontevedra. Hasta la fecha, su tablero central de asfalto ha sido surcado por más de 200 millones de vehículos.

Portada de FARO DE VIGO del 7 de febrero de 1981, con dos fotografías de la inauguración

Portada de FARO DE VIGO del 7 de febrero de 1981, con dos fotografías de la inauguración FdV

En 2021, esta “magna obra”, como la definió el redactor en aquel momento, sirve de mirilla para radiografiar el momento en el que se encuentra el país: sumido en una pandemia. Las restricciones de movilidad impuestas por las autoridades para frenar el avance del COVID-19 dibujan una escena mucho menos caótica sobre el asfalto de la infraestructura. Y es que los desplazamientos entre municipios solo están justificados con motivos muy concretos, ligados a la faceta laboral, médica o educativa. La imagen de los famosos tirantes sin saludar a casi ningún vehículo a su paso fue una de las estampas más llamativas que nos dejó el confinamiento domiciliario del pasado 2020: el domingo 5 de abril, se registró una IMD (intensidad media diaria) en el tramo Rande-Teis de 3.230 automóviles, es decir, uno cada minuto por sentido. Posiblemente, es la cifra más baja de toda su historia.

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El tráfico de Rande sopla las 40 velas

El puente de Rande se ha convertido en una de las infraestructuras más valoradas del mundo por su complejidad y utilidad: en circunstancias normales, la IMD del tramo Rande-Teis es de unos 60.000 vehículos y sobrepasa los 70.000 en periodos de más actividad, como puede ser el verano gracias al tránsito hacia las playas de O Morrazo y Vigo. Ya en 1981, el redactor de la información de la inauguración para FARO DE VIGO recogía en la página 26, encabezada en mayúsculas con el titular “Apuntes de un día histórico”, que esta creación cobraba una relevancia superlativa en las comunicaciones de Galicia. El momento tuvo tal repercusión que el Decano obsequió a sus lectores en la víspera con un billete de peaje gratuito para “inaugurar el tramo”. “Fueron muy numerosas las personas que lo aprovecharon. A última hora de la tarde, se nos informaba de que el tránsito era muy fluido, aunque denso, y que todas las expectativas habían quedado ampliamente superadas”, citaba.

La apertura del viaducto a los vehículos permitió descongestionar la nacional

La bienvenida oficial al tráfico en el tramo Vigo-Pontevedra estuvo arropada por representantes de “todos los estamentos, instituciones, entidades y corporaciones” de la comunidad autónoma, “invitados de honor de un acontecimiento memorable”. Entre ellos, Valentín Paz Andrade, en nombre de la Real Academia Galega; el exalcalde vigués Antonio Ramilo, presidente de la CEP; el titular de la cámara de Comercio, Fernando Casuso; el exalcalde de A Coruña Jaime Hervada; diputados del PSOE –en la crónica, se concreta que los de UCD “se hallaban en su congreso”– y “un largo etcétera de personalidades”. Y no faltó la música: los gaiteros se encargaron de ambientar el evento.

Vista general del puente de Rande que cumple hoy 40 años abierto al tráfico, con la ciudad de Vigo al fondo Ricardo Grobas

Tampoco se quisieron perder esta cita histórica “una representación” de los operarios que trabajaron en el tramo. “Fieles a la vieja tradición española, aún daban los últimos retoques a algunos remaches cuando el vicario de la diócesis bendecía el puente y la obra. Estar ayer por la mañana en el puente de Rande era asistir ciertamente a un momento histórico en las comunicaciones de Galicia”, citaba la publicación de FARO DE VIGO antes de descubrir a sus lectores una curiosidad: “En el almuerzo que siguió a la inauguración, fuimos testigos de un detalle simpático y simbólico: la tarta era un monumental puente de Rande en chocolate”. Para poner el lazo al texto, el redactor del Decano plasmó el pensamiento de muchos ciudadanos. “Vigo y la capital están ahora, como tantos años llevábamos esperando, a 15 minutos de camino”, concluyó.

Portada de FARO DE VIGO del 7 de febrero de 1981, con dos fotografías de la inauguración

Portada de FARO DE VIGO del 7 de febrero de 1981, con dos fotografías de la inauguración FdV

La apertura al tráfico del puente de Rande puso punto final a un quebradero de cabeza de las autoridades que estaba a punto de convertirse en un problema de dimensiones incalculables: permitió descongestionar la carretera N-550 entre Pontevedra y la ciudad olívica, que se encontraba prácticamente saturada desde 1978. El IMD de este vial estaba estimado en unos 14.000 vehículos, con cifras preocupantes en las horas punta, es decir, entre las 12.00 y las 13.00 horas y entre las 20.00 y las 21.00 horas, abriéndose el abanico aún más en los meses de la temporada estival.

El panorama era crítico: teniendo en cuenta el incremento previsto para la circulación, se esperaba que el vial llegase a una situación de verdadero colapso circulatorio en 1981, resultando impracticable la circulación fluida durante varias horas al día. Con la entrada en funcionamiento de la autopista del Atlántico en el tramo entre la urbe del Lérez y Vigo, la situación cambió radicalmente, beneficiando a los conductores de toda el área, a los turistas y, por ende, contribuyendo al desarrollo de la economía.

La tarta de chocolate con la forma del puente. FdV

Una espera de más de 3 años

El puente de Rande, proyectado por los ingenieros Fabrizio de Miranda, Florencio del Pozo y Alfredo Passaro, no se abrió al tráfico hasta más de tres años después de la finalización de las obras –a finales de 1977–. Fue un 7 de febrero de 1981, momento en el que ya se habían dado por completados los trabajos del conjunto del tramo de autopista entre Vigo y Pontevedra.

La Vuelta a España

El puente de Rande no solo se vació de vehículos a causa de la pandemia. El 23 de agosto de 2013, el pelotón de la Vuelta Ciclista a España cruzó el asfalto de la infraestructura –sentido O Morrazo–, dejando una de las imágenes más icónicas de toda su historia. Fue parte del trazado que se configuró para la tercera etapa de la competición, que comenzó en la metrópolis olívica. La grabación de anuncios es otra de las tareas que han permitido observar sus carriles sin tráfico.

La ampliación, un hito arqui tectónico con un “Nobel” bajo el brazo

A las 15.00 horas del 30 de diciembre de 2017, operarios de Audasa, la empresa concesionaria de la AP-9, abrían los accesos a los nuevos carriles laterales del puente de Rande, concebidos para canalizar el tráfico rodado entre O Morrazo y Vigo. Los tableros laterales, conectados al tronco central, permiten a la infraestructura acoger hasta 95.000 vehículos diarios, un 42% más, y aumentar la vertebración territorial y económica en torno a la mayor área metropolitana de toda la comunidad, con la ciudad olívica como eje principal.

La ampliación, de extrema complejidad –se trata del primer puente atirantado del mundo que es ampliado–, ha recibido el premio Acueducto de Segovia y el de Mejor estructura –Outstanding Structure Award (OStrA)– por la IABSE –la Asociación Internacional de Puentes e Ingeniería Estructural, la organización más importante del gremio, por lo que equivale a un Nobel–, entidad que situó a Rande como el segundo mejor puente del mundo en 2019, detrás del de Mersey, en Liverpool.

Más de tres años después de la inauguración de la ampliación, FARO habla con la directora facultativa de los trabajos, Ana Fernández. Asegura que, “sin lugar a dudas”, fue su mayor reto profesional. “La mayor dificultad que tuvimos que afrontar a nivel de ingeniería fue la propia ejecución de la obra. No existía ningún referente en el que basarnos, ya que no se había hecho nada igual en un puente atirantado. Fuimos pioneros también en ese sentido. ”,

"Todos los medios auxiliares que se utilizaron fueron diseñados de forma específica para ello, es decir, las grúas y los carros de izado, tanto de la parte superior metálica que hace de sujeción de los nuevos tirantes como del propio tablero ampliado"

Ana Fernández - Directora de obra

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Ana Fernández, directora de obra. // Punto Ga Comunicación / M. Riopa

Una de las “premisas principales” de la obra fue evitar alterar el tráfico del puente mientras se ejecutaban los trabajos. “Para ello, tuvimos que transportar desde el mar, con la ayuda de barcazas, todas y cada una de las piezas que componen la ampliación. También montamos unas grandes plataformas de trabajo, tanto en la parte superior de las pilas del puente como en sus cimentaciones. Además, realizamos casi la totalidad de los trabajos en horario nocturno”, anota Fernández antes de concretar que las nuevas alas del viaducto son, “en su mayoría”, de metal. “Las planchas metálicas se fabricaban en Alemania, se trasladaban por vía marítima hasta Asturias, donde se cortaban, y por transporte terrestre hasta Galicia, donde se completaba el puzle. Para su remate final, contábamos con talleres gallegos. El puente consta de, aproximadamente, unas 78 grandes piezas metálicas de diferentes tamaños y toneladas de peso”, anota.

Fernández asegura que el puente está respondiendo como se esperaba: de forma “fenomenal”. “Dedicamos mucho tiempo y esfuerzo a los estudios previos. Ni durante la ampliación ni una vez puesto en servicio ha generado ningún tipo de problema”, apunta, a la vez que recuerda una anécdota. “Poco después de ponerse en servicio la ampliación, se presentó un gran temporal, con rachas de viento cercanas a 120 kilómetros por hora. Al conocer la previsión meteorológica, fui corriendo a comprobar la monitorización del puente, ya que tenemos sensores instalados por toda la infraestructura que nos permiten ver en tiempo real cómo se está comportando. El puente ni se enteró de aquel temporal, que, curiosamente, tenía el nombre de Ana, como yo”, destaca.

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