Solares vacíos, con basura, maleza, restos de edificios ruinosos, incluso apuntalados... El centro de Vigo ve cómo empiezan a curarse casi una veintena de esas “heridas” urbanísticas repartidas fundamentalmente entre el Casco Vello, el Ensanche y Bouzas. Más de dos años después de poner en marcha sus engranajes, el programa municipal de Edificación Forzosa deja ya un saldo de 17 parcelas “desbloqueadas” tras años de abandono.
De estar descuidadas y suponer un quebradero de cabeza para sus vecinos han pasado a protagonizar trámites en las oficinas de Praza do Rei –más o menos avanzados, dependiendo del caso– para someterse a obras de derribo y rehabilitación o incluso acoger nuevas edificaciones. Según cálculos del Concello, los 17 expedientes ya tramitados acumulan inversiones que superan de largo los 3,8 millones de euros. El volumen de recursos movilizados es probablemente bastante mayor, ya que en algunos casos no se detalla a cuánto asciende el presupuesto de las obras.
El bautizado como programa de Edificación Forzosa, una herramienta que la Lei do Solo pone en manos de los ayuntamientos con más de 50.000 vecinos, dio sus primeros pasos en Vigo hace ya más de dos años. Los engranajes de la iniciativa los activó Urbanismo en 2018. Por entonces los técnicos municipales tenían sobre la mesa una lista con casi una treintena de parcelas y edificaciones que, por su estado de abandono, eran susceptibles de participar en la iniciativa. Las propiedades, bloques ruinosos y fincas vacías, se repartían –entre otros barrios– por Areal, Alfonso XIII, Churruca o Casco Vello.
Amenaza de subasta
Hacia 2018 el Concello pidió a sus dueños que demostrasen qué planes tenían para sacar del abandono las parcelas. En caso de que no lo hicieran, y transcurrido cierto plazo –advirtió Praza do Rei–, las propiedades saldrían a subasta para que optasen a ellas promotores o nuevos particulares interesados en edificar. Desde el Ayuntamiento explican que tras ese primer contacto algunos dueños decidieron intervenir en sus fincas e iniciaron los trámites en Urbanismo.
A principios de noviembre el plan municipal sumaba 26 solares. Un mes después, el 10 de diciembre, el Boletín Oficial de la Provincia de Pontevedra (BOPPO) publicaba ya un listado detallado con 25 parcelas y abría el período de información pública. Pasado solo medio año –en junio de 2019– el Concello tenía constancia de que ocho de esos dueños habían activado los trámites para la rehabilitación.
El balance actual es bastante mayor. A día de hoy Urbanismo contabiliza 17 expedientes de licencias correspondientes a parcelas que estaban sobre la mesa cuando los técnicos municipales trazaron el programa. Se trata de “solares que formaron parte de las primeras propuestas y que salieron del mismo por presentar proyectos para su edificación o tramitación”, precisan desde el Concello.
En la mayoría de los casos las licencias son de rehabilitación, aunque también las hay de obra nueva y derribo. Algunas datan de 2018; otras no llegan a los dos meses. También varía su estado de tramitación. En el caso de un solar de Vázquez Varela, por ejemplo, la licencia de reforma se topó con el veto de Patrimonio a autorizar un derribo que no iba acompañado de un plan de restauración.
En la lista se encuentran propiedades en Areal, Bouzas, Subida ao Castelo, Joaquín Yáñez, Praza da Constitución, Príncipe, Falperra, Cárcere Vella, Alfonso XIII, Puerto Rico, República Argentina, García Olloqui, Colón, Rosalía de Castro y Cruz Verde. También otra situada a la altura del nº 43 de Ferrería, en el Casco Vello, que se suma a la nómina tras recibir Urbanismo en diciembre de 2020 una solicitud de licencia de rehabilitación.
La propiedad era una de las ocho que el Concello plantea sacar a subasta. De hecho en diciembre el DOG llegó a publicar una resolución de Urbanismo que iniciaba el trámite. El Ayuntamiento explica sin embargo que –al haber recibido ya una licencia de edificación para la parcela– ha optado por retirarla de la lista final. También avanza que vigilará que se cumpla con los planes de construcción. Su exclusión aún estaría en cualquier caso pendiente de resolverse.
El objetivo de la Edificación Forzosa, como apuntó en varias ocasiones el Concello, es “evitar el deterioro urbano” y solucionar los problemas que generan parcelas abandonadas y en estado ruinoso en pleno casco urbano. No es la única iniciativa municipal encaminada a ese mismo fin. Praza do Rei impulsa también un programa que busca reconvertir solares sin uso en plazas públicas. La reutilización del suelo en ese caso es provisional.
Una herramienta que apuntala la recuperación del Casco Vello
Si Vigo ha cambiado a lo largo de la última década y media, el Casco Vello, directamente, se ha transformado de forma radical. Poco tiene que ver el barrio histórico de hoy con el de 2008, cuando llegó a protagonizar un capítulo de Callejeros que mostraba calles sucias, flanqueadas por edificios ruinosos y castigadas por las drogas y la prostitución.
Junto al trabajo de los vecinos y empresarios de la zona, la gran herramienta que ha hecho posible semejante transformación es el Consorcio del Casco Vello, creado en 2005 con respaldo de Xunta de Galicia, Concello de Vigo y Zona Franca y que se mantiene a día de hoy con participación autonómica (90%) y municipal (10%).
La labor desarrollada por el Consorcio se ve reforzada ahora con el Programa de Edificación Forzosa, impulsado por el Ayuntamiento y que se ha dejado sentir de forma especial en el barrio histórico de Vigo. De las 17 propiedades abandonadas que han activado trámites en Urbanismo para su recuperación ocho se reparten por el Casco Vello; en concreto, por las calles Subida ao Castelo, Ferrería, Joaquín Yáñez, Praza da Constitución, Cárcere Vella, Alfonso XIII, Cruz Verde y Falperra. De hecho una de las últimas solicitudes recibidas en la Gerencia de Urbanismo se enmarca en esa misma zona: una licencia de rehabilitación para Ferrería nº 43, que figuraba en la lista de subasta. Otro de los puntos del barrio histórico que se ha beneficiado también del programa es el número 11 de Subida ao Castelo, donde Urbanismo autorizó en 2019 un proyecto de rehabilitación con un presupuesto de 94.200 euros. En las imágenes puede verse su estado original y el proyecto de reforma.
