La presencialidad en las aulas educativas solo se hace extensible a los colegios e institutos. El resto de centros educativos tendrá que adaptar nuevamente sus clases al formato digital. Y es que la entrada en vigor el pasado miércoles de las nuevas restricciones impuestas por la Xunta para el control del virus ya se ha dejado notar en la Escuela Oficial de Idiomas, cuyas clases ya son exclusivamente telemáticas. Se trata del primer centro reglado que implanta esta medida, puesto que la Universidad inicia su segundo cuatrimestre el 8 de febrero y el Conservatorio Superior de Música también se encuentra todavía fuera del periodo lectivo.
Así, para los más de 4.000 alumnos con los que cuenta el centro de Martínez Garrido y sus secciones los nuevos pupitres pasaron a ser las pantallas del ordenador. A través de plataformas como Webex o el aula virtual Moodel, podrán participar de las clases y realizar los ejercicios que cuelgan los docentes, también ya desde sus domicilios. “Utilizamos el sistema de videoconferencias de la Xunta combinada con las plataformas que tenemos de enseñanza”, explica Juan, uno de los profesores, quien considera que los más perjudicados son los nuevos alumnos. “Los docentes ya tuvimos la experiencia de marzo y del confinamiento; espero que no afecte mucho a los que no están acostumbrados”, sopesa el docente.
Junto a esta medida, otra de las adoptadas por la dirección de la EOI de Vigo es la de aplazar, tal y como informa en su página web, todos los exámenes de progreso, fijados para los días 18 al 26 de febrero y 1, 2 y 3 de marzo. Estas pruebas las realiza todo el estudiantado y suponen un porcentaje de la nota final, atendiendo a si se trata de un curso en el que se certifique nivel o no. El año pasado, también a consecuencia del COVID, ya no se realizaron.
Esta modalidad telemática tiene sus partidarios y detractores. Precisamente, en este año, al primar la docencia presencial frente a la virtual, la matriculación de la EOI marcó su cifra más baja en décadas. “Solemos preguntarles y hay gente que prefiere clase no presencial, porque aunque aquí estén separados, en estos momentos, se decantan por evitar estar en aulas con otras personas. También está el alumnado que considera que en las clases telemáticas nos dirigimos a ellos de manera diferente... Nosotros intentamos impartir las clases de forma en la que vean que no es tan diferente y fomentamos que participen todos oralmente”, amplía este profesor.
Reconoce, eso sí que una clase virtual “no es la clase íntegra que haríamos de manera presencial”. Y es que al no conectarse todos los estudiantes, los docentes cuelgan los ejercicios en plataformas para que el alumnado pueda ir haciéndolo y comentando a través de correo electrónico las concreciones que considere oportunas.
