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Exámenes entre cabreo y resignación

Estudiantes de Ingeniería antes de entrar ayer a un examen

Los universitarios vigueses encaran la recta final de sus exámenes con una mezcla de cabreo y resignación. Las pruebas, que oficialmente terminan hoy pero que continuarán la semana que viene para algunos grupos, se siguen celebrando presencialmente a pesar del endurecimiento de las restricciones antiCOVID.

Los alumnos reconocen que las aulas cumplen todas las garantías de seguridad pero advierten sobre las aglomeraciones que se forman a la entrada y en los pasillos. Y, por esa razón, lamentan que la institución no haya optado por la modalidad virtual, a la que tanto ellos como sus profesores ya están habituados desde el curso pasado.

El pabellón deportivo del campus y varios centros como la sede de Industriales en Torrecedeira acogieron exámenes a lo largo de todo el día. En este último, arrancaban a primera hora de la tarde los exámenes de cuatro materias de los grados de Ingeniería Mecánica, Química Industrial, Tecnologías Industriales, y Electrónica y Automática.

“Es ilógico que vengamos ahora y que el día 8 empecemos las clases del segundo cuatrimestre de forma virtual. La Universidad dice que arrancará más tarde para que los profesores puedan organizar la docencia, pero ya debería estar todo preparado desde principios de curso porque era una opción que se contemplaba”, se quejaban varios estudiantes a la entrada de la antigua escuela de Peritos.

Exámenes entre cabreo y resignación Marta G. BRea

“En clase estamos separados y, como no podemos hablar, tampoco hay problema con los aerosoles. Pero sí nos acumulamos al entrar. Hubiese sido mejor terminar los exámenes de forma virtual”, insisten.

“Yo estoy a favor de las clases presenciales siempre que se pueda. Pero no tiene sentido que no puedas ir a restaurantes ni de compras a los centros comerciales los fines de semana y que tengamos que venir a hacer los exámenes”, comentaba Lara, estudiante de Ingeniería Química Industrial, que volverá hoy al centro para su última prueba.

“Hay que frenar la pandemia y se necesitan medidas, pero en todos los sentidos. En la universidad nos podemos amontonar en los pasillos y yo no puedo practicar mi deporte, que es individual y al aire libre”, añade esta joven que compite en equitación a nivel nacional.

Entre las posibles razones para no realizar los exámenes on line destaca el temor de los profesores a que los alumnos tengan más facilidad para la picaresca: “Hay opciones para evitarlo. El curso pasado teníamos que hacer ejercicios en tiempos muy reducidos para que no nos diese tiempo de copiar”.

Laura y Andrea, que cursan el mismo grado, apuntan en igual dirección. “En la prueba de hoy [por ayer] utilizamos ordenadores, así que podríamos hacerla desde casa, pero temen que copiemos. Y es que es más fácil”, reconocían minutos antes de enfrentarse a su último examen del cuatrimestre.

En cualquier caso, tampoco se mostraban demasiado disgustadas por la decisión de mantener la presencialidad. “Se están cumpliendo las medidas, hay distancia, todos llevamos mascarillas, las ventanas están abiertas y tenemos gel hidroalcohólico. Los hemos hecho así hasta ahora y no conozco a nadie que se haya contagiado por venir a un examen”, añadía Laura.

Sin embargo, para otros universitarios la UVigo ha decidido agruparlos “innecesariamente de manera masiva”. “El presidente Feijóo adelantó las medidas el lunes, esto ya se sabía. Y los profesores deberían tener preparadas alternativas a los exámenes presenciales desde principios de curso”, reclamaban dos alumnos de Ingeniería Mecánica.

Muchos universitarios viven en municipios cercanos como Pontevedra o regresarán a sus casas esta misma semana tras acabar sus exámenes. Es otro de los problemas que plantean: “Estamos en casa estudiando todo el día, no salimos para nada. Y ahora nos exponemos viniendo al centro y después podemos contagiar a nuestros padres”.

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