Y también Jesús Porteiro

No, no, esta no es una foto obtenida en Vigo ni con la intención alevosa de señalar a nadie. No sé cómo ha hecho el fotógrafo Tim Laman para retratar a este orangután de Borneo pero es una de las que podéis ver en Príncipe, ante el Museo Marco, en la exposición “De Polo a Polo” de la Fundación “la Caixa”. Si la lluvia no os lo impide visitarla no es solo un placer visual sino un modo de concienciación en la defensa de la naturaleza. De ella, de sus últimos rincones, trata esta muestra que recoge las mejores imágenes de fotógrafos de National Geographic.

Paulino Freire, inolvidable

Un día tendré que escribir la lista de los vigueses conocidos que se nos han ido estos últimos meses y, aunque faltarán muchos más cuyas vidas no han trascendido o acaso no nos hayamos enterado, seguro que os sorprenderá al verlos juntos. De los últimos que han dicho adiós, al menos con la sensación de haber vivido mucho y de haber dejado huella como para que los echemos en falta, uno es Paulino Freire Gestoso, del que no diré casi nada a pesar de lo mucho que merece porque se ha dicho bastante en estas páginas en días anteriores. Boucense del 34, cofrade mayor del Santísimo Cristo de los Afligidos (bromeaba él que por medio de este cargo ganaría el cielo), fundador de la Orden dos Cabaleiros das Cunchas e impulsor de su ruta xacobea que incluye a Bouzas… Yo coincidía con él aquí y allá y siempre era un placer, pero con seguridad cada año en el cumpleaños de Maximino Queizán, y a muchos nos despertaba siempre una pronta afectividad. Era un escuchador, un preguntador también, pero no menos un buen decidor que pronto dejaba entrever, y no porque él quisiera, su agudeza, su saber y un cierto tono a veces de ironía galaica con la que observaba la vida. Bouzas tiene una baja importante con su marcha, porque él sí que era de Bouzas de toda la vida y ejercía tal título, sin dejar por ello de ser Vigués Distinguido.

Y también Jesús Porteiro

Otro que nos dijo adiós hace unos días fue Jesús Porteiro, al que hace poco más de cuatro años y ya con 92 le publicamos sus Memorias en FARO, tras una sesión de fotos en la Estación Marítima junto a la estatua dedicada a la emigración. Y es que Jesús, padre de María Xosé Porteiro, fue como él nos dijo un “neno labrego emigrante a Cuba que trabajó para el Ché”. Lucense de Pol, en 1956 emigró para cumplir su sueño de trabajar en Detroit, aunque acabó sirviendo, en vez de al capital, a la Cuba de Fidel. En Vigo quedaba toda su familia: el padre, José Porteiro Irimia; su madre, Josefa Fernández Millares, y sus hermanos César, Amadeo, Élida, Emerio y Carmen, toda asentada en el Calvario. Su vida estuvo marcada por la curiosa circunstancia de haber estado muy próximo a personas y momentos que tuvieron un gran papel en la historia de nuestro tiempo. Por ejemplo Fidel y el Ché, en tiempos de Revolución y como trabajador del Ministerio de Industria. Interesante esa vida, en la que trabajó desde churrero en Asturias, en la Fábrica de Magnetos madrileña tras la guerra civil, y en Cuba fue miliciano, se matriculó en la Universidad de La Habana donde estuvo a punto de terminar la carrera de Ingeniero… Volvió con su familia a España en 1965. ¡Qué vida más interesante!