La armadora Copemar y la Autoridad Portuaria inician mañana las tareas de reflotamiento del buque congelador Baffin Bay, que permanece semihundido en el Muelle de Reparaciones de Bouzas desde hace 52 días, cuando el 3 de diciembre un incendio arrasó el barco. Los trabajos para retirar el congelador de su actual ubicación llegan después de varias semanas de inspecciones del casco y análisis de las posibilidades de reflotamiento, toda vez que en sus de=pósitos aún se conservan 250.000 litros de combustible.

Evitar la contaminación de las aguas ha sido la prioridad desde que se produjo el incendio, con la instalación de barreras de contención y la limpieza de aceites y residuos en toda la zona del accidente.

Cuatro días después del incendio, que incluso se reavivó horas después, la Autoridad Portuaria decidió enviar un requerimiento a la armadora del buque congelador para presentar un plan de reflotamiento. Este documento llegó un mes más tarde, a principios de enero, y fue objeto de estudio por parte del propio Puerto y de Capitanía Marítima. Incluso se acordó que un equipo de buzos inspeccionara el interior del casco, para contar con más garantías de evitar vertidos.

La elección del plan de reflotamiento idóneo fue lenta debido al combustible que todavía sigue en su interior y al agua acumulada tras las tareas de extinción, según admite la Autoridad Portuaria., que insiste en que la prioridad de los trabajos que empiezan mañana es hacerlo con “las mejores condiciones de seguridad y medioambientales”. De hecho, para Praza da Estrela “lo primordial es garantizar en todo momento la seguridad del proceso, y evitar al mismo tiempo, que los 250.000 litros de combustible almacenados a bordo puedan salir del buque”.

Desde la Autoridad Portuaria de Vigo y la Capitanía Marítima se está dando prioridad a las cuestiones ambientales y de seguridad de la operación, lo cual se les ha trasmitido a los responsables del plan de reflotamiento.

El Baffin Bay, un buque de 68 metros de eslora con el que la armadora Copemar faenaba en Malvinas, permanece escorado en el Muelle de Reparaciones de Bouzas desde el 3 de diciembre, cuando ardió la bodega y el parque de pesca. Desde entonces los trabajos se centraron en la limpieza de la zona, especialmente con la retirada del aceite y combustibles que vertió el motor, la recogida del material sólido caído del barco, como cabos u otros materiales y la inspección periódica para evitar más contaminación.