El complejo Vialia y su entorno, que abarca también la futura estación de buses construida por la Xunta, los nuevos accesos y la reforma de la Plaza de la Estación, toma forma poco a poco. En el terreno, donde avanzan las obras de las dos terminales y ya se han iniciado los trabajos para el derribo del viaducto que entronca Lepanto con la autopista. Y en los despachos, en los que se continúa también con los trámites para mejorar las comunicaciones del futuro complejo intermodal y de ocio y comercio.
El Concello prevé aprobar esta semana el proyecto para la instalación de un ascensor que comunicará la Plaza de la Estación y la calle Urzáiz. La propuesta técnica, redactada por los arquitectos Salvador Fraga, Manuel Portolés y Francisco Javier García-Quijada, plantea obras con un presupuesto base de licitación –más IVA– que supera ligeramente los 400.000 euros. El Ayuntamiento abordará la inversión con cargo a remanantes.
No será el único elevador en el entorno del complejo diseñado por Thom Mayne. El Concello plantea también construir un mecanismo que permita comunicar Vía Norte y García Barbón, dos viales no muy distantes entre sí sobre el mapa, pero que debido al corte de la AP-9 y la orografía están separados por un largo paseo a pie o en coche.
El Consistorio puso en marcha en noviembre la maquinaria administrativa para construirlo con un concurso de ideas. Según sus previsiones, el ascensor costará unos seis millones de euros y podría estar operativo ya en 2023. “Es una de las grandes obras transformadoras de la ciudad”, explicó el alcalde, Abel Caballero, en noviembre, al anunciar la convocatoria del concurso. La infraestructura se sumará al programa Vigo Vertical –del que ya forman parte, por ejemplo, las escaleras mecánicas de Porta do Sol o las cintas recién estrenadas en el bulevar de Gran Vía–, cofinanciado por la UE a través de los fondos FEDER. En esta ocasión conectará un área urbana especialmente poblada.
