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El “almacén” en Coruxo para todas las podas de Vigo

Antonio Estévez, presidente de los comuneros de Coruxo, con su padre, ayer en el depósito. | // M. G. BREA

Ramas cortadas en Gran Vía. | // M. G. B.

Trabajos con una elevadora. | // M. G. B.

Tratamiento en Samil.

Desde hace unas semanas forman parte del paisaje urbano. Son las tareas de poda que realizan los equipos municipales de jardineros para sanear árboles y arbustos públicos. Aunque estos trabajos están planificados a lo largo de todo el año, hay una época, de octubre a marzo, en los que se intensifican, ya que son los meses más propicios para el corte de ramas superfluas en los árboles y para las tareas fitosanitarias.

La labor es ingente. Solo en lo que el Concello denomina “árboles de alineación”, los plantados en las aceras, son 13.000 ejemplares, en los que se realizan podas de formación para adaptarlos al entorno. Después hay que atender también a la masa vegetal de parques y jardines. Todo ello genera un volumen enorme de ramas, tocones y restos vegetales que acaba sumando cientos de toneladas al año. En concreto, 2020 finalizó con un récord de material recogido en estos trabajos: casi nueve mil metros cúbicos de materia vegetal. El peso depende del tipo de madera, su densidad y otros factores, pero un metro cúbico puede oscilar, en un abanico muy aproximado, entre los 200 y los 700 kilos. Y el pasado año se acumularon 8.927 metros cúbicos.

¿Qué se hace con ese elevado volumen? La maquinaria parece que está bien engrasada y funciona con eficacia. Todo ese producto se envía al depósito de biomasa habilitado hace tiempo por los comuneros de Coruxo en el monte Fragoselo. Se trata de una amplia superficie donde, previo pago de una tasa, los vecinos o colectivos del municipio pueden desprenderse de sus restos de podas y productos vegetales. Después, ese material se convertirá en combustible como pellets, o en astillas o como estructurante para la elaboración de compost, una salida cada vez más demandada a causa del programa Revitaliza de la Diputación para reciclar los restos orgánicos domiciliarios.

El Concello tiene cinco equipos con dos o tres personas cada uno para estos trabajos de jardinería. Tres de ellos trabajan con plataformas elevadoras y otros dos con andamio y escalera. Los trabajos se realizan estos días en calles como Xosé Gil, en las zonas de Gran Vía Norte, Balaídos (calles Fragoso y Balaídos) y Pizarro/ Couto, donde ya se trabaja con los árboles de hoja perenne porque ya se realizó con los de hoja caduca. Además de la poda, las laboras se centran en el destoconado en la Avenida de Castelao, en Gran Vía Sur (aceras), Gregorio Espino y Camelias. Después se planta nuevo arbolado, según las previsiones municipales, que también destaca la reposición de ejemplares deteriorado u objeto de vandalismo. La planificación anual incluye un periodo intensivo entre los meses de octubre a marzo, para los ejemplares de hoja caduca. En el resto de año baja la intensidad y el departamento pasa a ocuparse, fundamentalmente, de los demás ejemplares.

El alcalde Abel Caballero, recordaba hace unas semanas que en los años que lleva en el gobierno local “se han plantado decenas de árboles en el ámbito forestal y más de 5.000 en la ciudad, lo que ha duplicado la cifra en el entorno urbano”, y anuncia nuevas plantaciones en Samil: “En Vigo cuidamos los árboles; próximamente plantaremos 60 pinos en Samil” y aboga por “crear un Vigo verde, ecológico y energéticamente eficiente”. En esa linea iba el reparto de 700 castaños y robles a las siguientes parroquias de Comesaña, Coruxo, Matamá, Valladares, Beade, Bembrive, Saiáns, además de donar 200 ejemplares al Parque Forestal de Comesaña. El asunto será objeto de debate en el próximo pleno municipal, a raíz de una propuesta de Marea para pedir un plan director del arbolado de la ciudad”. La petición obedece a las recientes talas de árboles de gran porte, que el Concello justifica en su mal estado y en “riesgos de caída”.

Desde la comunidad de montes de Coruxo, que alberga el depósito de biomasa, su presidente, Antonio Estévez, explica que cada semana se puede recibir una media de 20 camiones de restos vegetales, lo que puede significar hasta 15.000 metros cúbicos al año. Aunque en su día el colectivo se planteó crear una planta propia de biomasa, finalmente se descartó al existir empresas especializadas, con la que se colabora ya que recogen la materia prima en Coruxo. “Nosotros hacemos una clasificación inicial” con todo lo que llega de toda la ciudad, en un servicio que incluye una tarifa porque “tenemos una persona encargada y hay que utilizar maquinaria para mover la madera, hay unos gastos”, explica Estévez. Eso sí, los comuneros de Coruxo tienen una cuota de recogida gratuita.

Tratamientos contra la procesionaria y otros parásitos

Los meses actuales de enero y febrero son los más propicios para efectuar trabajos fitosanitarios, con el fin de evitar o combatir plagas de los árboles. Es el caso de la procesionaria de los pinos, contra la que se instalan collarines-trampa en los árboles de Samil. También apuesta el Concello por la reposición de aquellos ejemplares enfermos o dañados. Asimismo, está previsto inicia el tratamiento por endoterapia del arbolado de Gran Vía, como tratamiento preventivo y curativo, en función del estado del ejemplar, y tratamiento con insecticida para ataques de coleópteros.  En el caso concreto de los tilos se recurre al tratamiento de endoterapia con insecticida. De esta forma entre mayo y junio se tratarán los ejemplares existentes en la Avenida de Castrelos, en la calle Manuel de Castro, Montero Ríos, calle Quintela y entorno de Plaza de Compostela, entre otros.

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