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Las horas de frío se abonan al callejero

Gente abrigada por el frío en una calle de Vigo Alba Villar

El de 2021 es el inicio más gélido de al menos la última década y media, aunque su rudeza poco tiene que ver en el puerto y el campus

Filomenas hay muchas. En el censo de la provincia, por ejemplo, que suma más de 200 mujeres con ese nombre. Y también, e incluso en mayor medida, en los balances meteorológicos de la semana pasada. Aunque el temporal y la ola de frío de los últimos días se dejaron sentir en buena parte de la geografía española, poco tiene que ver el efecto que tuvieron en Madrid con el de León, Aragón o, por supuesto, Galicia, donde mostró su cara más amable. No hace falta ampliar tanto el foco para apreciar sus fluctuaciones. Sin salir del municipio, dentro de Vigo la ola de frío se vivió de forma muy diferente dependiendo de dónde lo pillase a uno. Para muestra un botón: mientras los vecinos del entorno de Marcosende soportaron el viernes 8 temperaturas mínimas de -0,6º y una media de 2,6º, valores gélidos que invitaban a salir de casa con jersey de cuello vuelto, anorak y guantes; quienes viven en los alrededores del puerto, como Cánovas del Castillo, Montero Ríos o A Laxe, disfrutaban de un valor medio de 6,3º, prácticamente el triple. Allí el mercurio no bajó además de los 2,2º.

Las diferencias de temperaturas entre uno y otro punto de Vigo no son exclusivas de la ola de frío de los últimos días. Las oscilaciones están relacionadas con la propia geografía del municipio y dejan una lectura clara: el invierno es “más invierno” dependiendo de dónde se viva. Los datos recogidos por Meteogalicia dan buena muestra de esas oscilaciones. El observatorio meteorológico aporta en su web datos sobre tres estaciones repartidas por otros tantos puntos de la ciudad. Una está en Avenida de Madrid, la otra en el campus y la tercera en el puerto, en el muelle de transatlánticos. Sus altitudes son, respectivamente, de 100, 460 y 7 metros. El dibujo que trazan se puede completar con el sensor que Meteogalicia tiene en las Cíes, a 25 metros. La Aemet ofrece a su vez valores obtenidos en el aeropuerto. Sus diferentes ubicaciones y factores como, por ejemplo, la proximidad al mar explican que a menudo los datos de temperatura tomados en un mismo día varíen de una a otra estación. Cuando se manejan semanas esas fluctuaciones son aún más pronunciadas.

Y para muestra, de nuevo, otro botón. En lo que va de año Meteogalicia contabilizó en Avenida de Madrid casi 221 horas de frío, que son aquellas en las que el mercurio no rebasa los siete grados centígrados. Más o menos equivale a nueve días. Pueden parecer muchos –hace solo dos semanas que arrancó 2021–, pero están bastante por debajo de los que anotó Meteogalicia en el campus, donde certificó 304,2 horas, lo que roza las 13 jornadas. En el extremo opuesto se sitúan el puerto y las Cíes, con 169,2 horas (siete días) y 154,2 (seis jornadas) respectivamente. En la práctica los datos se traducen en que un vigués que viva cerca del puerto ha padecido ya unos seis días menos de frío que otro que tenga su casa cerca de las facultades del Cuvi. Los datos ofrecen solo una orientación –los valores se corresponden con las diferentes estaciones–, pero dan una imagen de las fluctuaciones que se registran dentro del municipio.

Se viva donde se viva, otra lectura que dejan los datos de Meteogalicia es que 2021 ha arrancado con frío. Con un frío considerable, para ser precisos. La temperatura media registrada en el campus durante las dos primeras semanas del año fue de 4,2 grados, prácticamente la mitad que hace un año y el valor más bajo desde al menos 2007, primer año documentado en la web del observatorio autonómico en ese punto. En 2017, por ejemplo, se rondaron los diez grados.

A pesar de la ola de frío e incluso de las heladas con las que amaneció Vigo durante días –las placas de hielo en las carreteras llegaron a provocar accidentes graves–  los termómetros de la ciudad han conocido tiempos con temperaturas bastante más gélidas. Según el histórico de la Aemet, la palma en cuanto a mínimas se la llevó el 4 de febrero de 1963, cuando registró -5º. La media más baja en el aeropuerto se queda también atrás. Corresponde a 1970, cuando se anotaron 5,6 grados. Ese mismo año la media de las mínimas no llegó siquiera a los dos grados. En enero el valor más gélido se alcanzó, de momento, el 13 de enero de 1987, con -4º.

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