Tan solo llevaban un año de relación cuando tomaron la decisión de formalizarla. Eso llevó a Jennifer a mudarse, natural de Tenerife, a mudarse a Vigo junto el que sería su esposo, Rafa, olívico de nacimiento. Todo estaba listo para que en septiembre de 2020 pudieran rubricar su amor en los juzgados de la ciudad. Pero el COVID les hizo replantearse el evento, no así su noviazgo.

Por ello, acudieron de nuevo al Registro Civil para que les indicasen la próxima fecha disponible en su agenda: el 15 de enero de 2021. Y así fue. Ayer, Rafael y Jennifer se personaron poco antes de las 12.00 horas de la mañana –ella de blanco junto a un precioso ramo de rosas y él de traje y pajarita– en los juzgados de la calle Lalín para contraer matrimonio en una boda civil que se ha convertido en la primera del año.

Presentes en el acto solo han podido estar la magistrada, los dos contrayentes y sus dos testigos a consecuencia de las normas introducidas en el juzgado por la pandemia. “Desde fuera puede parecer mucho más triste, pero para nosotros significa lo mismo. Estábamos deseando casarnos, después de tener que anularlo en septiembre, teníamos claro que pasase lo que pasase con el virus, hoy –por ayer– nos casaríamos. Fue todo una poco locura pero aquí estamos”, contaba la joven a la salida de las dependencias del Registro Civil.

Si bien el enlace pudo efectuarse, el banquete que les hubiera gustado tendrá que esperar. Para poder celebrar de igual modo con los suyos su matrimonio, los ya contrayentes contaron que quedarán para desayunar o comer con sus allegados, pero por partes. “Quedaremos primero con los dos más cercanos y luego una segunda o tercera tanda con el resto de amigos”, cuentan los novios.

Si bien el banquete fue anulado o pospuesto, lo que no dejarán para más adelante es su luna de miel. La celebrarán en el Balneario de Mondariz, por lo que han tenido que pedir un permiso especial a la Policía para desplazarse a otro municipio a raíz de las nuevas restricciones.

Tres bodas más

Junto a ellos fueron otras dos las parejas que se acercaron hasta el Registro Civil para contraer matrimonio. El año pasado, este servicio estuvo parado durante el encierro domiciliario y fue a partir del mes de junio cuando se retomaron.

Este juzgado tiene habilitados los miércoles –antes era el martes– y los viernes para la oficialización de estas uniones. Cada jornada pueden acoger un total de siete casamientos, si bien abren la posibilidad de que esta cifra aumente en función de las necesidades.