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Las asignaturas pendientes del Puerto

Un año más la comunidad portuaria ha estado siguiendo con gran atención la evolución del puerto, analizando las asignaturas que éste todavía tiene pendientes, explorando, en fin, el reto que comparten con el propio puerto para hacer de él, del puerto, digo, una infraestructura cada vez más competente y competitiva, en línea con lo que el mercado requiere y los usuarios demandan. Hay, en concreto, en lo que a asignaturas pendientes se refiere, cinco de diversa consideración, que guardan relación con su dimensión, su administración, su especialización, su promoción, y su coordinación.

La actual dimensión del puerto es insuficiente, y lo es por partida doble, tanto para consolidar tráficos actuales como para captar tráficos futuros, de ahí la necesidad de contar con los espacios apropiados pese a la controversia que ello pueda generar, ya sea respecto al calado de Bouzas, la adecuación del muelle Comercial o la recuperación de la concesión de Vulcano. El Plan de Delimitación de Espacios y Usos Portuarios (DEUP) es esencial en este contexto: o se lleva a cabo o el puerto perderá, tal vez para siempre, las principales bazas para plantear su futuro sobre bases sólidas.

La administración suscita, a su vez, dos problemas: uno de profesionalidad y representatividad, ligado a su actual estructura orgánica y, en última instancia, a la vigente normativa estatal en materia portuaria; y, otro, de gestión interna, lastrado como está por cargas burocráticas endógenas y descoordinaciones, en parte, sólo en parte, exógenas, como las de los distintos servicios administrativos (aduanas, Soivre, sanidad) que desempeñan sus funciones en el puerto y que son manifiestamente mejorables.

La especialización, contando, como contamos, en nuestra comunidad autónoma, con cinco puertos de interés general, es cada vez más necesaria. Es cierto que Vigo tiene unos nichos de mercado que ha ido consolidando con el paso del tiempo, como pesca, contenedores y cruceros. El problema es que la mayoría de los restantes puertos de interés general, sobre todo Coruña y Ferrol, luchan básicamente por los mismos nichos de mercado, para satisfacción de puertos vecinos, como Leixões, que ve en ello su propia fuerza.

La promoción, tanto interna como internacional, es en exceso estática. La primera requeriría, en línea con lo que hacen otros puertos peninsulares, como Bilbao, Valencia o Barcelona, disponer de puertos secos que permitieran canalizar la exportación o importación de mercancías a través de Vigo. Y la segunda, estimular las misiones comerciales, inversas más que directas, para informar “in situ” a terceros sobre las bondades del puerto, que son muchas, pero no siempre conocidas.

Por último, la coordinación, una coordinación, sobre todo interportuaria, con otros puertos de interés general, que es cierto que es algo que no depende tanto del puerto como de todos en su conjunto y, en última instancia, de Puertos del Estado, para evitar duplicidades. Pero una cosa es que esta iniciativa no dependa del puerto, y otra muy distinta que desde el puerto se pueda sugerirla. No es fácil, claro, pero que no sea fácil no quiere decir que sea imposible.

*Secretario General Logidigal

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