Me dicen que lo advierta para general conocimiento y ello es que quizá no todos, pero la mayoría de los calamares australes que nos hemos comido o que comeremos ya han sido bendecidos “in pectore” por el pater Alberto Cuevas. Hace tres años echó la bendición al arrastrero congelador “Monteferro” y anteayer volvió a hacer lo propio con el novísimo de última generación “Montelourido”, pertenecientes ambos a la conocida familia de armadores Fontán Domínguez. Con todas las medidas de seguridad la ceremonia tuvo lugar al aire fresco del mar de Marín y en la intimidad. El pater tiene la costumbre de entregar al capitán del barco, en ambos casos fue José Santos Reiriz, una imagen de la Virgen del Carmen, Stella Maris, para que le cuide y proteja a él y a la cincuentena de tripulantes, de los peligros de la vida y de la mar y les conceda abundantes redadas en cada singladura. Puesto a pedir, pide ahora el colega y pater Alberto que quienes iban a acudir con sus mascotas, el próximo domingo a las seis de la tarde, a los jardines de la parroquia de La Soledad en O Castro, para que se las bendiga en la fiesta del patrono San Antón, desistan de tal intención porque las situación expansiva de esta maldita pandemia y las recomendaciones oficiales, disposiciones quizás, ni lo aconsejan ni lo permiten. Pena pero se suspende.
