El exencargado de una discoteca de Vigo acusado de quedarse con más de 62.000 euros del local negó la autoría de los hechos en el juicio que se celebra esta mañana en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en la ciudad olívica. La Fiscalía lo considera responsable de un delito de apropiación indebida por el que solicita en su escrito de calificación provisional una pena de 5 años de prisión y la devolución de la cuantía en litigio. A lo largo de la mañana declararán trabajadores del establecimiento.

La Fiscalía considera que desde 2016 y hasta septiembre de 2017, el acusado, F.R.P.R., encargado de una discoteca, asumió también las funciones de contabilidad de entradas y consumiciones. Por ello, disponía de llaves del local y de sus dos despachos cerrados, así como de la clave de acceso al servidor y programa de contabilidad de entradas y consumiciones instalado en el sistema informático, relata el Ministerio Público.

Con el fin de obtener un beneficio económico, prosigue, el hombre por un lado supuestamente reimprimía en una o varias ocasiones entradas que ya habían sido vendidas y contabilizadas en el sistema, de manera que las entradas reimpresas se vendían por el precio que en dichas entradas se indicaba –habitualmente entre 5 y 6 euros, pero en algunas ocasiones 10 y 12 euros- a diferentes clientes, que pagaban por ellas, sin que quedara reflejo contable de dichas ventas de las entradas reimpresas en cuestión. Así, siempre según el Ministerio Público, “llegó a reimprimir y vender al menos 8.286 entradas, entre enero 2016 y septiembre de 2017, por un importe total de 47.593 euros que se quedó en su particular beneficio”.

Todas las entradas, tanto las originales como las presuntamente reimpresas que se vendieron daban derecho a una consumición, gratuita en el local, que se despachaba en las barras del mismo a cambio de la entrega de la entrada, por parte del cliente al camarero, que la guardaba para contabilizarla al final de la sesión, sin que estas consumiciones se hicieran constar en el sistema informático, estimándose que por este concepto se despacharon más de 8.000 consumiciones, con un valor de unos 12.000 euros, en perjuicio del titular del local.

Por otro lado las consumiciones distintas a las anteriores que se adquirían en las barras del local eran registradas por cada camarero en la TPV correspondiente, desde la que quedaba contabilizada en el sistema y cobradas en el momento de servirse. “Con el fin ya indicado el acusado borró en innumerables ocasiones los registros de consumiciones, tanto desde las TPVs existentes en cada barra del local, como desde el servidor, de forma que no aparecieran en el sistema informático como vendidas, quedándose con el importe de dichas consumiciones, que ya habían sido cobradas, aprovechándose de que era él quien efectuaba los recuentos al final de cada sesión. De esta forma se quedó con una cantidad que se estima en 15.000 euros”, concluye el fiscal. Tras descubrirse lo sucedido, el encargado fue despedido.