El inicio oficial del periodo de rebajas en Vigo fue atípico. No solo por las restricciones de aforo, la presencia de gel a la entrada de los establecimientos o la obligatoriedad de portar mascarilla, sino también por los controles efectuados por la Policía Local de Vigo, que puso la lupa sobre los centros comerciales de la ciudad para evitar que vecinos de otras localidades se saltasen el cierre perimetral vigente por la pandemia del coronavirus y acudieran a la urbe olívica a realizar compras con motivo del primer día de gran des descuentos en un amplio abanico de negocios.

Desde primera hora, multitud de clientes se vieron sorprendidos al entrar y salir de grandes superficies –como El Corte Inglés– cuando un agente del servicio municipal les paró para solicitarles el DNI. El objetivo: comprobar que están empadronados en Vigo o en alguno de los municipios que conforman su almendra: Nigrán, O Porriño, Gondomar, Mos y Redondela. Los controles se efectuaron tanto en las entradas a pie como en los accesos a los parkings subterráneos.

A lo largo de toda la jornada de ayer, los agentes se fueron desplegando por las principales zonas y complejos comerciales de la urbe, como Príncipe o los centros comerciales Gran Vía, Travesía o A Laxe. Es preciso recordar que todas las personas que obvien el cierre perimetral para acudir a realizar compras en Vigo en este periodo de rebajas y sean sorprendidas por la Policía Local que están en los accesos y salidas de las grandes superficies serán denunciadas y obligadas a abandonar la urbe.

Los vigueses aprovecharon el primer día oficial de rebajas para ampliar el fondo de armario. | // ALBA VILLAR

Y es que los agentes quieren cortar las alas a la tentación de saltarse las normas para conseguir los pantalones, las blusas, las camisetas o las chaquetas que Papá Noel y los Reyes Magos no pudieron depositar al lado del árbol, una tarea que completaron ayer miles de vigueses y vecinos de la almendra. Las colas que se formaron a las puertas de algunos establecimientos –sobre todo, de grandes comercios– a lo largo de la jornada, las bolsas cargadas colgando de las manos de los viandantes y las cifras gigantes informando de los porcentajes de descuentos –que llegan hasta el 70% en algunos locales– saludando desde los escaparates compusieron el resumen de un primer día de rebajas gélido pero soleado que, a pie de calle, ya no tiene el mismo impacto que antaño por diversos factores: el comercio electrónico, la liberalización de los periodos de descuentos, el miedo a adentrarse en espacios cerrados en plena pandemia o las restricciones de movilidad.

Con los Reyes todavía visibles en el retrovisor, unos aprovecharon para cambiar artículos y devolver regalos para conseguir más productos por el mismo importe y otros entraron en los negocios en busca de gangas para notar algo menos la cuesta de enero. Es la radiografía que componen los comerciantes de la ciudad, que esperan una campaña de rebajas “similar o peor” que la de Navidad y temen el endurecimiento de las restricciones. El representante del sector en la urbe, Víctor Fernández, y su homólogo en la zona de Príncipe, Enrique Núñez, señalaban ayer tarde que la primera jornada oficial de descuentos iba “lenta” en el pequeño comercio. Hubo algo más de movimiento en O Calvario y Teis.