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Los hosteleros urgen al Concello el “ok” a cubrir las terrazas con pérgolas: “Sería agua de mayo”

“Dada la situación precaria, necesitamos cualquier tipo de ingreso”, dicen | Zona Franca, dispuesta a habilitar una línea de financiación

Clientes de un local hostelero del entorno del Náutico se protegen de la lluvia con sombrillas MARTA G. BREA

Con el mercurio coqueteando con el negativo y la tercera ola de la pandemia ya a las puertas de los hospitales, los hosteleros urgen al Concello la modificación de la normativa para poder cubrir las terrazas con pérgolas: estructuras ligeras capaces de proteger a los clientes de las inclemencias meteorológicas. Consideran que el ok de la institución local les vendría “como agua de mayo” en un momento en el que el gremio, uno de los más afectados por la irrupción del COVID-19, languidece con el paso de los días. Y es que, como es sabido, el aforo en el interior de los locales es muy reducido –del 30%– y tomar un café o comer en el exterior sin protección es un plan solo apto para valientes. Además, como subrayan, la capacidad de contagio del virus se minimiza en espacios abiertos.

“Nada mejor que esta semana de frío intenso para recordar que es imposible que la hostelería funcione sin resguardo y, dada la situación precaria del sector, necesitamos cualquier tipo de ingreso”, concreta el presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos), César Sánchez-Ballesteros, quien asegura que, desde el último encuentro mantenido con el Concello, celebrado el pasado 5 de octubre, no se le ha comunicado ningún avance al respecto. En la cita, en la que participaron el responsable de la patronal; el concejal Ángel Rivas; el alcalde, Abel Caballero; y dos miembros de la directiva de Feprohos (Marcelo Tosa y Beatriz Carballido), los responsables municipales dieron luz verde a la instalación de pérgolas y avanzaron que estudiarían la cesión de plazas de aparcamiento situadas en la vía pública para que los bares, restaurantes y cafeterías sin terraza pudieran trasladar su actividad al exterior.

"Colocar pérgolas también contribuiría a reducir el ruido y a delimitar con precisión el espacio que ocupa cada establecimiento”

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Idéntica radiografía traza Rubén Pérez, presidente de Zona Náutico, asociación que acoge a multitud de negocios de los ámbitos con más movimiento hostelero de la urbe olívica –Praza de Compostela, Casco Vello, Rosalía de Castro y Náutico–. Cree que la modificación de la ordenanza para permitir la instalación de las estructuras ligeras sería un paso al frente “muy positivo” no solo a efectos económicos, sino también anímicos. “El Concello nos ha dicho que los técnicos están trabajando en ello. Necesitamos noticias buenas que nos hagan ver la luz al final del túnel. Colocar pérgolas también contribuiría a reducir el ruido y a delimitar con precisión el espacio que ocupa cada establecimiento”, manifiesta.

Precisamente, una noticia esperanzadora para el sector de la hostelería en medio del viacrucis que padece por las restricciones sanitarias llega de la mano del Consorcio de la Zona Franca de Vigo, que se muestra dispuesto a habilitar una línea de financiación para hacer frente a los gastos que supondrá la cubrición de las terrazas con pérgolas. “Agradecemos que haya sintonía y ganas de colaboración, pero necesitamos que las palabras se concreten con hechos”, apostilla Sánchez-Ballesteros antes de avanzar que la Diputación de Pontevedra le ha comunicado al sector que quiere escuchar sus necesidades para abordar posibles ayudas. Lo hace tras la concentración protagonizada por el gremio el pasado lunes a las puertas de la sede viguesa de la entidad provincial para demandar un plan de rescate.

Estructuras metálicas

Las pérgolas son estructuras metálicas de diseño que cuentan con cierres laterales y una cubierta retráctil, cuatro postes –por cuyo interior baja el agua que recoge la cubierta en días de lluvia– y una tarima de madera accesible sobre la que se colocan las mesas y las sillas. La idea de los hosteleros de la ciudad olívica es instalarlas en zonas amplias en las que el viandante tenga preferencia, como la calle Montero Ríos, la peatonal de O Calvario, el entorno del paseo de Samil o la Praza da Miñoca.

Una normativa adaptada a todos los eventos

Una de las demandas más “importantes” del sector, ya pensada para un escenario pospandemia, es la adaptación de la normativa de terrazas a los eventos clave de la ciudad, como Conxemar, la Navidad, el Entroido o la Reconquista –Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2019–, que, en los últimos años, han reforzado su papel capital en la dinamización del turismo en Vigo atrayendo a multitud de visitantes de diferentes partes del mundo. Es decir: que la ordenanza que se aplica en temporada baja ofrezca las mismas ventajas que se determinan en la alta. “Una vez que el Concello se ha abierto a permitir la instalación de pérgolas, lo ideal sería modificar la normativa para que tanto los vigueses como los turistas puedan aprovechar al máximo las terrazas durante todo el año y no solo en los meses de verano. Esto ya se ha hecho en las ordenanzas de otros lugares de España, como Málaga o Madrid”, argumenta el representante de los hosteleros de Zona Náutico, Rubén Pérez.

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