De luto, con alguna que otra soga colgada del cuello y coronas de flores para difuntos. También con la silueta blanca que representa a los Santos Inocentes prendida a la espalda. Hosteleros y comerciantes echaron mano ayer de toda la escenificación a la que se prestaba la fecha –28 de diciembre, día de las inocentadas– para lanzar un mensaje que poco tiene de cómico: tras diez meses de cierres, restricciones, aforos limitados y horarios recortados, todo combinado con un nivel de gastos que a menudo se mantiene idéntico al de hace un año, su situación es límite. Al grito de “¡Hostelería, solución!” , cerca de un centenar y medio de hosteleros y comerciantes salieron ayer a la calle para exigir a las administraciones un plan de choque, un rescate que les permita capear el temporal que el COVID desató en marzo.

Los manifestantes se concentraron a última hora en Praza do Rei, ante el Concello, y marcharon entre pitos, cacerolazos y coreando consignas por las calles Venezuela, Gran Vía, Urzáiz y Príncipe. La movilización terminó en Porta do Sol, donde volvieron a insistir en la necesidad de apoyar a un sector, recuerdan, del que depende buena parte de la economía del país. “Salvemos la hostelería y el comercio. Queremos un rescate, hay gente que ya ha pasado la Navidad arruinada”, alerta el gremio, que reclama un refuerzo de las políticas de ayudas a negocios para contrarrestar el efecto de la pandemia.

Los manifestantes llevaban carteles, coronas de flores y siluetas de los santos inocentes.

“La situación es límite”, advierte Carlos Veleiro, de la Asociación Provincial de Establecimientos Musicales y Espectáculos Reglados (Apemer). Su asociación lleva meses insistiendo –una idea en que se recalcó ayer– que el ocio nocturno reglado forma parte de la solución, no del problema. “Reclamamos planes de rescate, ayuda”, zanja. Martín Pérez, hostelero de una cafetería-cervecería del centro de la ciudad, advierte que el colectivo arrastra diez meses de restricciones y recuerda que en otros puntos del país los establecimientos no están sujetos a un horario tan restrictivo como el de Vigo. “No me cabe en la cabeza. Estamos pagando el pato”, se lamenta tras preguntarse si el objetivo de la Xunta es enviar un mensaje de seguridad de cara al Xacobeo 2021 “caiga quien caiga”.

"La situación es insostenible"

“Con estos horarios nos arruinamos. La situación es insostenible”, concuerda Sara de la Fuente. A modo de ejemplo apunta que los negocios abren un 30% de lo habitual, pero siguen haciendo frente a prácticamente el 100% de sus costes. Otra queja frecuente es la que señala a empleados que han terminado en un ERTE y están teniendo dificultades para cobrar. También la escasez de ayudas. “Llegan a muy poca gente”, censura Mónica, hostelera del Casco Vello, convencida de que los horarios que rigen el sector “no son competitivos”.

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Junto a los hosteleros ayer salieron a la calle también los comerciantes. “Nosotros y la hostelería vamos de la mano”, señala Víctor Fernández, de As Travesas. Que los bares y cafeterías deban cerrar a media tarde afecta directamente a una facturación que, lamenta, no da para cubrir los costes acumulados. “A las cinco la ciudad queda barrida. Noviembre fue horrible. La situación es crítica y las ayudas no llegan. Nos estamos muriendo”.

La marcha estaba secundada por Feprohos, Zona Teis, Acemto, Hostelería de Vigo, Apemer, Zona Náutico, Asociación Viguesa de DJ´s, Asociación de Comercio y Hostelería de Bouzas, entre otras entidades profesionales. El colectivo de autónomos Agtamar-Upta insistía también en tildar de “nefasto” un ejercicio 2020 marcado de forma irremediable por el efecto del virus.