Ayer atracó en Vigo el ferry de propulsión eléctrica más grande del mundo. Se trata del Bastø Electric, al que el mal estado de la mar obligó a buscar refugio en la ciudad, deteniendo por unos días sus singladura entre Turquía y el puerto noruego de Horten, desde donde a partir de enero próximo cubrirá la ruta más transitada del país nórdico entre este puerto y el de Moss, enclavados en el fiordo de Oslo, y separados entre sí por 7 millas, unos 13 kilómetros. El Bastø Electric que según información de la agencia Pérez y Cía, arribó tripulado por seis personas, mide 142 metros de eslora y cuenta con habilitación para 600 pasajeros y 200 turismos. Como su nombre indica, es un buque 100% eléctrico movido por un sistema de baterías de 4.000 kWh según el portal Ferry Shipping, lo que le permite navegar en modo eléctrico todo el tiempo aunque el buque cuenta con generadores diesel de emergencia en caso de que fallen los puntos de recarga eléctrica en tierra. Este es el último producto del astillero turco Sefine Shipyard, cuyos 140.000 m² de superficie constructora dan salida a embarcaciones de tipo medio de distinta clase, entre los que destacan cargueros, ferries y remolcadores.