El presidente de la Xunta lleva años adosando la palabra “público” al Álvaro Cunqueiro cada vez que lo menciona. Pero, por mucho que se empeñe en repetir ese mantra, todos sabemos que el Xeral-Cíes se trasladó a un edificio privado y está en manos de una empresa concesionaria que pretende maximizar sus beneficios.
La publicidad engañosa de Feijóo continúa siendo cuestionada por la tozudez de los hechos. La inspección de Hacienda acaba de constatar que la sociedad concesionaria y la Xunta estaban aplicando un IVA del 10% y no del 21% que les correspondería por los servicios que presta esta empresa privada
En marzo de este mismo año el Tribunal Superior de Justicia de Galicia avaló el cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles a la concesionaria del Hospital Álvaro Cunqueiro, ya que la ordenanza fiscal municipal exige, para que haya exención de ese impuesto, que el centro sanitario sea público.
¿Cómo puede defender la Xunta que la empresa que cobra el parking a los usuarios del hospital no pague los impuestos correspondientes? ¿Qué intereses defiende aquí la administración autonómica?
Pero continuamos con las abrumadoras pruebas del carácter privado de esta infraestructura hospitalaria. Hace unos días el fondo de inversión francés Meridiam tomó el control de la concesionaria del hospital, ya que Acciona, el socio mayoritario de la misma, que construyó el hospital y gestiona sus actividades no clínicas hasta 2035 ha vendido su participación en el mismo.
Es una realidad que en este tema Feijóo ha traicionado a los ciudadanos de este área sanitaria, y el Partido Popular de Vigo que no ha aprendido nada, continúa anteponiendo sus propios intereses y los de su gobierno a los de los habitantes de Vigo. Únicamente les pido a Feijóo y al PP que contesten a una pregunta ¿Cómo ha permitido el Sergas que la empresa Acciona venda algo que le pertenece a él? No hay más preguntas, señoría.
Cuando el alcalde de Vigo denuncia esta situación discriminatoria para sus ciudadanos no cuestiona la labor de los trabajadores de la sanidad pública, todo lo contrario, reconoce su esfuerzo en defensa de la misma en un contexto en el que no era fácil hacerlo.
Hemos ido asistiendo en estos años a crisis y soluciones en muchos casos conseguidas con la presión política y ciudadana, pensemos en los laboratorios, en las especialidades de referencia que se fueron a otros hospitales, en la necesidad de mejorar y ampliar la puerta única de las urgencias de área sanitaria.
En febrero de 2009 el gobierno presidido por Touriño aprueba la construcción de un nuevo hospital en Vigo, con un Plan Económico-Financiero para finalizar las obras en cinco años, de 2009 a 2013, con un coste en torno a los 400 millones de euros.
Pero en abril de 2009, el nuevo gobierno de Feijóo, mediante un trámite de urgencia, paraliza este proyecto y lo sustituye por otro que utiliza un modelo de financiación privada. Y se firma a toda velocidad un contrato de 1.300 millones de euros para proyectar, levantar y explotar los servicios del nuevo hospital. Nos esperaba un futuro deslumbrante…
Cuando miles de personas salimos a la calle en defensa de la sanidad pública y de un hospital público para Vigo, Feijóo manifestó que estábamos manipulados, que éramos unos carroñeros y unos irresponsables... que hacíamos política... claro que sí, hacíamos política para defendernos de quienes han convertido la sanidad en un negocio para algunos. Ahora, con las últimas noticias vemos que la razón nos asistía.
Desde 2009, el gobierno de Feijóo, ha condenado al área sanitaria de Vigo a una deficiente sanidad pública, a pesar del encomiable esfuerzo de los profesionales de la misma. Lo cierto es que en el nuevo hospital se han recortado las áreas asistenciales, ha dejado de ser centro de referencia en importantes servicios, los servicios centrales sufrieron una importante reducción, al igual que las áreas de urgencias.
Lo desmienta Feijóo tantas veces como quiera.
*Secretario General del PSOE de Vigo y concejal de Cultura y Empleo
