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El COVID eleva las urgencias e ingresos de niños y adolescentes por problemas de salud mental

El Chuvi atendió diez mil consultas más que en 2019 y una de cada cinco de ellas es de menores | Presentan más depresiones, trastornos de conducta y brotes psicóticos | Los padres jóvenes son el colectivo más afectado

El COVID eleva las urgencias e ingresos de niños y adolescentes

Unos estudios apuntan a que esta pandemia tendrá unas consecuencias muy negativas en la salud mental de los niños y los adolescentes. Otros, son más optimistas y confían en sus recursos para adaptarse a entornos cambiantes. Los expertos consultados coinciden en considerar que “es demasiado pronto para saber cómo va a evolucionar”. Pero ya hay datos que apuntan a que algo está pasando: en el Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (Chuvi) las urgencias en estas franjas de edad “han subido bastante” y los ingresos de jóvenes entre 13 y 16 años, principalmente, por brotes psicóticos, también.

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A diferencia de los de otros hospitales del territorio español, su servicio mantuvo las consultas durante toda la pandemia gracias al recurso de la teleconsulta. A punto de cerrar el año, llevan 65.000 –18.000 telefónicas–. Son diez mil más que el año pasado a estas alturas y una de cada cinco de ellas corresponde a menores.

El jefe de Salud Mental del Chuvi, José Manuel Olivares, señala que el aumento de las consultas infanto-juveniles se debe, en parte, por la incorporación de un psicólogo infantil gracias a los contratos para atender al COVID, con el que han reducido lista de espera. Pero solo lo explica el incremento “parcialmente”. Y a urgencias están llegando más depresiones, y trastornos de conducta, mientras que han hospitalizado a más adolescentes por brotes psicóticos. Una encuesta de las Asociaciones Profesionales de Psiquiatría y Psicología apunta que se están detectando más problemas de ansiedad y de sueño que antes en menores.

Toma de muestras para PCR en el cribado aleatorio realizado ayer en Cangas. Santos Álvarez

“Hay que ver lo que está pasando”, indica el doctor Olivares, que opina que el pico de afectados del COVID en la salud mental aún está por llegar.

“Empieza a subir pero se notará más a medida que pase el tiempo, en parte, si no se terminan los confinamientos y los efectos directos y, en mayor medida, por las consecuencias económicas, que van a ser duras”

José M. Olivares - Jefe salud mental Chuvi

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José M. Olivares - Jefe salud mental Chuvi FdV

Vaticina que con esta pandemia sucederá como con otras catástrofes: “Hay un porcentaje de niños que quedan muy tocados y luego, muchos otros salen adelante, como los niños que juegan al fútbol entre los escombros en Beirut”. Advierte de que serán los más vulnerables, los de familias con niveles económicos más bajos y los niños que ya tenían alguna dificultad, los que tendrán más problemas.

“Los que están en un entorno estable y que no tengan dificultades previas, podrán tener ligeros problemas de ansiedad, pero su ambiente protector es una garantía de adaptación a cambios”

Doctor en Psicología Vicente Suárez - Profesor de la Escuela de Enfermería de Povisa

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Doctor en Psicología Vicente Suárez - Profesor de la Escuela de Enfermería de Povisa FdV

Coincide con él el profesor de la Escuela de Enfermería de Povisa, el doctor en Psicología Vicente Suárez. “Es en los que más tenemos que centrarnos”, subraya. “Los que están en un entorno estable y que no tengan dificultades previas, podrán tener ligeros problemas de ansiedad, pero su ambiente protector es una garantía de adaptación a cambios”, apunta.

“Los más afectados serán los que ya tenían dificultades y están en entornos inestables”

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Los niños pueden verse afectados de forma directa por la pandemia, por ejemplo, con el duelo de familiares fallecidos, pero también con los cambios en su vida por el aislamiento social y la inestabilidad económica y laboral en las familias.

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En esta línea, tanto en el Chuvi como en el resto del mundo, se percibe que los padres jóvenes son el colectivo más afectado por la pandemia a nivel de salud mental. “Estaban afianzándose en el mundo labora, muchas han visto truncada su estabilidad laboral y hay tensiones”, explica Suárez y añade: “si los niños son pequeños, necesitan percibir que sus padres están tranquilos para sentirse protegidos”. Cuenta que, de no ser así, surge la soledad y el miedo, que se traduce en ansiedad, conductas hiperactivas, problemas de sueño... Indica que los estudios apuntan a un aumento de los conflictos en los hogares, que también provocan estrés e inseguridad en los menores. Destaca que, además, “es importante que el niño pueda ir al colegio, al parque y esté en contacto con chicos de su edad para el desarrollo de su inteligencia”. Suárez aconseja establecer rutinas y ayudar a los menores a exteriorizar sus emociones.

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La ciudad tiene menor incidencia que Galicia

Lenta. Muy lentamente. Pero la situación epidemiológica de la ciudad sigue mejorando. Ayer bajó un punto más en la incidencia acumulada a 14 días y se encuentra en 175 nuevos infectados detectados por cada cien mil habitantes. Está mejor que el conjunto de su área sanitaria, que también progresa y, con 193, está en niveles del 25 de octubre. Y también mejora la media gallega, que se sitúa en 180. Aún así, aún es muy alta.

Según el semáforo del Ministerio de Sanidad, está en riesgo alto en cuanto a incidencia acumulada a 14 días –un nivel fijado entre 150 y 250 casos–. Los cribados en la ciudad continúan en diferentes centros de salud, como Pintor Colmeiro. Ayer estaban invitadas casi 3.000 personas al que se realizó en el pabellón de Rodeira, en el municipio de Cangas. El Sergas notificó ayer 76 nuevos positivos por COVID en el área en 24 horas. Con 80 altas, los pacientes activos bajaron a 1.243. En los hospitales vigueses había 59 hospitalizados.

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