Durante el foro sobre urbanismo de “Diálogos con FARO” tanto la concejala de Urbanismo, María José Caride, como el director de desarrollo de Avantespacia, Bernardino Hernández, y el presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Pontevedra (Aproin), Javier Garrido, señalaron la importancia de apostar por un desarrollo saludable de las metrópolis.

“El urbanismo es una herramienta poderosa para poner en valor las ciudades”

Bernardino Fernández - Directivo de Avantespacia

“Y tan importante como construir es revalorizar los espacios que ya existen y regenerarlos para convertirlos en puntos de encuentro –abogó Bernardino Hernández–. Los proyectos urbanísticos deben contemplar una mejora de las condiciones de los ciudadanos. Se trata de planificar el espacio urbano para que lo ocupen, disfruten y hagan vida”.

A modo de ejemplo, el directivo de Avantespacia enumeró las actuaciones que la compañía desarrolla en Vigo, como el bloque residencial de Marqués de Valladares, el que proyecta en Tomás Alonso, Cordelerías Mar o el futuro Hotel Samil. “El proyecto de Jacinto Benavente ha implicado el derribo de la nave de Cordelerías. Hemos cedido al Concello espacio para zonas verdes”, señaló. En una línea similar Hernández recordó el nuevo hotel que la compañía está levantando en el litoral, entre la calle Argazada y Samil:

“Donde antes había una barrera frente al mar habrá un espacio moderno, respetuoso con un entorno al que da valor añadido”

Una de las herramientas más poderosas del sector para impulsar la nueva filosofía urbanística es el Plan Xeral, en pleno proceso de tramitación y que –de cumplirse el calendario esbozado por el Concello– alcanzará en 2021 su aprobación inicial con miras a recibir el plácet definitivo dos años después. Uno de sus objetivos, señaló María José Caride, será precisamente “pensar en la ciudad para vivir, más que en términos de expansión”. “Debe haber espacios de convivencia. Vigo parte de un déficit de zonas verdes y parques y uno de los objetivos del PXOM es precisamente ganarlos. Es una asignatura pendiente”, reconoce la concejala de Urbanismo.

Infografía del proyecto de Avantespacia para Cordelerías Mar. FdV

“El COVID nos ha enseñado que necesitamos espacios. No podemos permitir que el ciudadano viva confinado”, abundó Caride. Con ese objetivo el Concello ha apostado por ganar ámbitos abiertos y “de encuentro”, como Porta do Sol, donde se soterrará el tráfico para generar un amplio espacio peatonal que se extenderá hasta Alfonso XII; o el nuevo bulevar de Gran Vía, estrenado hace solo unas semanas. “La peatonalización de Porta do Sol es importante no solo para la movilidad peatonal; lo es también para el encuentro, para la convivencia”, reflexionó. Buen ejemplo del potencial de la planificación urbanística lo brindaría el Casco Vello de Vigo, declarado área de rehabilitación integral hace dos décadas, en 1997, y que ha experimentado desde entonces una revolución.

La receta para un nuevo urbanismo: verde, abierto, social y motor económico

En ciernes están también Vialia y su gran plaza de 23.000 m2 o proyectos urbanísticos que “recuperarán” espacios ahora degradados, como el de Barrio do Cura o Cordelerías. “Va a ser el nexo de unión para extenderse hacia Beiramar”, destacó Caride, quien subraya también la conveniencia de recuperar el entorno de Jacinto Benavente y Beiramar con el soterramiento del tráfico. “Para transformar la zona necesitamos la complicidad del Puerto”, comentó. A modo de ejemplo la concejala de Urbanismo recordó el caso de O Parrote, en A Coruña, donde se construyó un túnel con apoyo de la Xunta.

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Vialia, listo para septiembre Marta G. Brea

El presidente de Aproin incidió en la importancia de conjugar el crecimiento de las ciudades y la salud en pro de un “urbanismo racional, pensado para la gente”. “Es complejo por la orografía, pero se están dando pasos para hacer una ciudad transitable”, valoró.

Garrido puso el acento también en el peso del urbanismo en las finanzas de una ciudad y la labor que desarrollan las propias inmobiliarias. “La promoción tiene un impacto económico tremendo, muy relevante, con efecto dominó”. Su papel sería además especialmente intenso ahora en Vigo –razona– por las dificultades que ha encarado a lo largo de la última década el municipio para generar vivienda residencial nueva, primero a causa del pinchazo del ladrillo y la crisis económica y –a partir de 2015– debido a la anulación del anterior PXOM.

Por esa misma razón, Garrido coincidió en señalar la importancia del Plan Xeral, un documento que –valoró– “reafirma la seguridad jurídica” del sector inmobiliario. “El PXOM racionaliza y sistematiza cualquier desarrollo”. Otro de los puntos en los que incidió el presidente de Aproin es la necesidad de agilizar algunos de los trámites que deben afrontar las promotoras, en especial los relacionados con el ámbito de Patrimonio.

Garrido lamentó también las dificultades que en ocasiones se encuentran los negocios para rehabilitar edificios antiguos y deteriorados, pero con su propiedad muy fraccionada. “Te encuentras solares de unos cuarenta metros cuadrados de planta con más de veinte propietarios. Es imposible”, explica. Sobre el desarrollo de Vigo a corto plazo reconoció el impacto de Vialia y la Ciudad de la Justicia, “actuaciones tan relevantes que las convierten en iconos futuros” y que han generado ya algunas promociones residenciales en barrios próximos a Urzáiz.

Nueva filosofía para los diseños: alturas compatibles condicionados al respeto por el entorno y un replanteamiento de los bajos comerciales

Vigo disfruta de unas vistas, arenales e incluso un clima privilegiados, pero la orografía no se lo ha puesto precisamente fácil. Si Roma es la ciudad de las siete colinas, Vigo podría rebautizarse sin complejos como la urbe de las cien pendientes. Sus desniveles han marcado en gran medida el desarrollo urbanístico del municipio.  Aunque las cuestas tal vez hayan sido uno de sus mayores hándicaps no son el único, desde luego: la expansión del Ensanche, la huella local del desarrollismo entre los años 60 y 70, la industria desplegada a lo largo del litoral, el déficit de zonas verdes y plazas... Influyen igualmente en el dibujo que poco a poco ha ido conformando la ciudad. El Concello lleva años aplicando medidas para paliar los retos de su orografía con rampas, escaleras y elevadores mecánicos incluidos en el programa “Vigo Vertical”. Durante el foro “Diálogos con FARO” se señalaron sin embargo otras claves del urbanismo del siglo XXI, como el debate sobre la altura de los edificios. “No hay que tener miedo a la altura, hay que ver dónde está”, anotó Bernardino Hernández, directivo de Avantespacia. El proyecto desarrollado por la compañía en Samil, donde está construyendo un hotel de menor altura que su predecesor y con una estructura armónica –mucho más respetuosa con su entorno– ofrece un buen ejemplo. “Los edificios en altura pueden ser una solución magnífica, siempre y cuando se compagine con proyectos habitables. El de Plaza de Compostela es un modelo de éxito”, reflexiona María José Caride, concejala de Urbanismo. El presidente de la Asociación de Promotores de Pontevedra (Aproin), Javier Garrido, aporta otra clave en el diseño de los edificios: que las plantas bajas se deban destinar a uso comercial, lo que –lamentó– a menudo se traduce en calles con bajos lóbregos o tapiados. La dificultad para adaptarlos como espacios habitables agrava su bloqueo. Durante el foro celebrado por FARO se abordó su problemática y se señaló el modelo aplicado en otras urbes de España que permiten cambiar su uso si la promotora no consigue comercializarlos.

“El impacto de nuestra actividad es muy relevante”

Javier Garrido, presidente de Aproin. Marta G. Brea

Nuevos debates e ideas para nuevos tiempos. El COVID ha obligado a pisar el acelerador en tareas pospuestas durante años –teletrabajo, digitalización del comercio y la hostelería local... incluso la revisión de hábitos culturales– y ha elevado a prioritarias cuestiones que hace un año escaso permanecían en un segundo o incluso tercer plano. Entre las necesidades que ha perfilado la pandemia en materia de urbanismo destaca lo que se juega una ciudad en disponer de zonas verdes, plazas amplias y zonas peatonales, ámbitos, en definitiva, para el encuentro de los vecinos. El mejor ejemplo lo dejó el fin del confinamiento, cuando se habilitaron carriles en algunas calles de Vigo para facilitar que los ciudadanos pudiesen pasear guardando las distancias.

“El Plan Xeral reafirma la seguridad jurídica, racionaliza y sistematiza”

Javier Garrido - Presidente de Aproin

Entre los nombres propios del urbanismo vigués que han ganado fuerza a lo largo de los últimos años destaca el de Avantespacia, firma del grupo empresarial del fallecido Manuel Jove. Sus técnicos están trabajando ya en varios proyectos de calado en la ciudad: Cordelerías Mar, donde se levantarán cerca de un centenar y medio de viviendas; el Hotel Samil, que dotará a la principal playa de Vigo de un alojamiento de referencia, con una estética totalmente distinta a la de su predecesor, ya derribado; y las actuaciones que la compañía impulsa en Tomás Alonso y Marqués de Valladares. Su director de desarrollo, Bernardino Hernández, destaca la buena experiencia que la compañía gallega Avantespacia está teniendo durante su expansión en la ciudad: “En cuanto a plazos, resulta muy favorable”. Hernández aboga también por el potencial del urbanismo para “poner en valor las ciudades” y la “revalorización de espacios”. A modo de ejemplos destaca el proyecto de Avantespacia en Samil o el que desarrolla en Marqués de Valladares, donde –asegura– “estamos poniendo en valor los trabajos arqueológicos para una posterior musealización”. En sintonía con la importancia de los espacios de disfrute ciudadano, recordó que la promoción de Jacinto Benavente incorpora zonas ajardinadas. “Hemos cedido al Concello espacio para zonas verdes”, anota Hernández. “Es un claro ejemplo de edificio sostenible, aterrazado y adaptado a las nuevas demandas que ha traído el COVID-19”, concluye: “El proyecto de Tomás Alonso supondrá también la regeneración de toda esa zona”.

“Vigo debe poner en valor su patrimonio industrial”

María José Caride, concejala de Urbanismo. Marta G. Brea

El Concello de Vigo estrenará 2021 en plena tramitación de su PXOM –la hoja de ruta de su urbanismo para los próximos años– con el objetivo de que el documento alcance su aprobación inicial en 2021 y la definitiva en 2023. Durante el foro temático celebrado por FARO, la concejala de Urbanismo de Vigo, María José Caride, incidió en las oportunidades que genera un plan del que desgranó algunas claves: su apuesta por ampliar zonas verdes en el municipio, su talante abierto a los cambios que pueda experimentar Vigo en el futuro o que se conjugará más en términos de “habitabilidad”, de disfrute público de la propia ciudad, que de “expansión”.

“La peatonalización de Porta do Sol es importante para la movilidad y para la convivencia”

María José Caride - Concejala de Urbanismo

Caride destacó también algunas de las acciones que ya se han llevado a cabo o están ahora cocinándose, como la peatonalización de Porta do Sol, el programa Vigo Vertical –que busca salvar los desniveles de la ciudad– o las rehabilitaciones de las que ha disfrutado en los últimos años el Ensanche y, en especial, el Casco Vello, en cuya recuperación la política urbanística ha desempeñado un papel crucial. Además de la creación en 2005 del consorcio público dedicado a su recuperación otro hito clave fue la declaración, en 1997, de la zona como área de rehabilitación integral. En esa misma línea destacó otros instrumentos en marcha, como el programa de edificación forzosa, que busca desatascar el bloqueo de algunos solares abandonados en el casco urbano. La concejala abogó también por la “puesta en valor del patrimonio industrial” y citó, en concreto, La Panificadora o la recuperación del entorno de Beiramar.

“El proyecto de Cordelerías es ejemplo de sostenibilidad”

Bernardino Hernández, directivo de Avantespacia. Marta G. Brea

El urbanismo vigués llega a 2020 en una situación peculiar –se apuntó durante el foro celebrado por FARO–: tras más de una década durante la que el mercado inmobiliario se vio marcado primero por la crisis económica y el “pinchazo” del ladrillo y, a partir de 2015, por la anulación del PXOM de 2008, lo que afectó también de forma decisiva a las promociones de Vigo. “En Vigo no se pudo construir durante mucho tiempo”, reconoce Javier Garrido, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios de la Provincia de Pontevedra (Aproin).

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Esa falta de obra nueva está relacionada directamente con la demanda de vivienda en Vigo o el alza de los precios del alquiler, si bien en el “cóctel” entran en juego otros factores, como las dificultades para acceder al crédito de los posibles compradores. Garrido destaca la relevancia del Plan Xeral, encargado de “racionalizar y sistematizar cualquier desarrollo”, y abogó también por agilizar los trámites administrativos que afrontan las empresas del sector. “Resulta imposible hacer una cuenta de explotación realista por los plazos. Un PXOM reafirma precisamente eso, la seguridad jurídica”, anota. El presidente de Aproin puso en valor también la labor que desarrollan las promotoras inmobiliarias. “Su actividad tiene un impacto económico tremendo, muy relevante y con efecto dominó”, destacó. Como grandes ejemplos se apuntaron Vialia o la Ciudad de la Justicia. También la recuperación del Casco Vello, ámbito que –por su complejidad patrimonial y lo dividida que está la propiedad de los inmuebles–, presenta una dificultad especial.