Una auditoría de la Unión Europea en 2016 que certificaba el despilfarro (puede alcanzar en conjunto los mil millones de euros), una investigación del Tribunal de Cuentas, un estreno de actividad portuaria en 2012 que apenas ha reportado tráficos significativos. Son algunos de los hitos, ninguno de ellos para presumir, que jalonan la historia del Puerto Exterior de A Coruña en Punta Langosteira.

Y ahora añade una nueva evidencia de que aquel proyecto nacido tras la catástrofe del Prestige para dar refugio a los mercantes durante los temporales no fragua ni a golpe de talonario. La construcción de un ramal ferroviario hasta el complejo del municipio de Arteixo se ha topado con la cruda realidad. Su rentabilidad económica y social es más que dudosa porque no hay tráficos que lo justifiquen. Esa es la opinión del Gobierno central, que supedita la financiación del tren (140 millones) a un nuevo estudio de su rentabilidad, motivado por el cierre de la central térmica de Meirama este mismo año.

La revisión de este informe la considera “necesaria” el Ejecutivo de Pedro Sánchez para determinar la “rentabilidad económica y social” que justifica la inversión ferroviaria, según refleja la respuesta estatal a una pregunta escrita del senador del PP Miguel Lorenzo, quien quería saber por qué en las cuentas del próximo año no hay partida para el inicio de las obras.

El estudio informativo del enlace ferroviario al puerto exterior realizado en 2014 indicaba que, según datos del Puerto, el principal tráfico por tren que generaban las instalaciones de Langosteira era el carbón de importación hacia Meirama, que recibía el 65% del total desembarcado en los muelles. El escenario industrial es ahora distinto e incierto. “La desaparición del principal tráfico ferroviario del puerto hace necesario revisar ese estudio de rentabilidad sobre la base de la nueva demanda potencial a futuro”, responde el Estado a Lorenzo.

“La desaparición del principal tráfico ferroviario del puerto hace necesario revisar ese estudio de rentabilidad sobre la base de la nueva demanda potencial a futuro”

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El recién estrenado presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, comentaba la semana pasada que el ente coruñés se compromete a ejecutar el enlace ferroviario en tres años, pero subrayaba que debe haber acuerdo entre todas las administraciones para que el proyecto pueda financiarse con fondos europeos. Añadía el responsable portuario que la importante pérdida que sufriría el Puerto en tráfico de carbón la trataría de compensar con nuevas mercancías y clientes.

Pero la rentabilidad económica de la inversión ferroviaria por el cierre de Meirama no es lo único que cuestiona el Estado para justificar la falta de partidas presupuestarias. También hay problemas “desde un punto de vista técnico”.

La Autoridad Portuaria coruñesa no ceja en su empeño de defender una inversión multimillonaria que hasta ahora solo genera dudas. Por ello, asegura “no tener inconveniente” en proporcionar al Estado la documentación económica que necesite para justificar la importancia del enlace por tren al puerto exterior, pero recuerda que la rentabilidad económica de la conexión ferroviaria que ahora pone en duda el Gobierno central por el cierre de la central térmica de Meirama es tan relevante como la “rentabilidad social y ambiental” de esta infraestructura.

El Puerto coruñés resalta que tan importante como el traslado del carbón es el tráfico de “mercancías potencialmente peligrosas y contaminantes” con las que trabaja, como el bioetanol y los cereales. “Esta es la razón de ser del puerto exterior, que además es fundamental para captar nuevos tráficos”, subraya la Autoridad Portuaria.

“Esta es la razón de ser del puerto exterior, que además es fundamental para captar nuevos tráficos”

Autoridad Portuaria

La entidad concede también al tren a Punta Langosteira una importancia capital en la configuración de la “nueva ciudad” a través de la reordenación del borde litoral con el traslado de gran parte de la actividad portuaria a la dársena exterior. Este proyecto, asegura el Puerto, no se podría completar sin el ferrocarril porque no se liberarían los terrenos del muelle de San Diego para nuevos usos y actividades.