El proceso de venta puso de manifiesto que hay especial interés entre los aspirantes por los antílope eland de las instalaciones de A Madroa, ya que se ofrecen por cada uno de los en venta, hasta 250 euros, casi un 70% más que el precio inicial. También son cotizados los puercoespines, ya que se vendían a cuarenta euros cada uno de los seis ofrecidos, pero se pueden alcanzar los cien por ejemplar. Lo mismo ocurre con los nueve guanacos (900 euros en total, cuando se contaba con recibir menos de 400) o con las cinco llamas de la subasta.
Sin embargo, nadie quiere, por lo visto en este proceso de venta, los cinco burros que vende Vigozoo, y mucho menos los reptiles. Ni una sola oferta se ha recibido por 18 boas arborícolas (tasadas inicialmente en 15 euros por unidad) ni por las nueve serpientes del maíz, pese a que son muy asequibles, apenas cinco euros cada una.
Tampoco hay demanda para los seis petauros del azúcar, un pequeño mamífero de Australia y Nueva Guinea, de costumbres nocturnas y arborícolas. Se ofrecían a diez euros cada uno y nadie los quiere, quizás porque su oferta en internet, como mascota, es abundante.
El pecarí, una especie de jabalí sudamericano, tampoco tiene buena acogida en el mercado. El zoo quería desprenderse de tres por solo 45 euros, en total, pero sin éxito.
En un reparto por lotes, el proceso de enajenación de estos animales recibió cuatro ofertas, sobre todo a cargo de zoológicos o parques naturales de otras localidades de España. Uno de ellos es Zoo Safari Fauna Aventura en Hinojosa de San Vicente (Toledo). Otro es Tierra Rapaz, de Calahorra (La Rioja) y un tercero es Alvespets, de Aveiro (Portugal). La última propuesta parte de un empresario vasco. Vigozoo analiza ahora que estas ofertas cumplan las exigencias del recinto vigués, entre ellas que sea “una entidad reconocida y autorizada para alojar individuos” como los que se venden, es decir, ser una “explotación ganadera, un núcleo zoológico o un parque zoológico”.
En un análisis conjunto de todas las propuestas, hay demanda para 48 de los 89 ejemplares “en excedente”: un avestruz, diez cobos (un antílope africano), nueve guanacos, un orix cimitarra (el más cotizado de todos, ya que se cotiza a 300 euros) seis ovejas, seis puercoespines, cinco kinkajús (un mamífero carnívoro de la familia de los mapaches y que vive en las selvas de Centroamérica), dos eland, cinco llamas y tres cisnes negros.
La venta en marcha se justifica en el hecho de que “en los últimos años, la colección zoológica de Vigozoo ha ido oscilando tanto en número como en especies”, las altas obedecen a “donaciones, cesiones, compra y nacimientos”, y estos últimos han provocado “una cantidad significativa de crías de varias especies”. Así, se ha generado una población “excedente que debe ser reubicada para asegurar una capacidad de carga adecuada por recinto, el bienestar animal y el manejo adecuado por parte del personal cuidador”. Se añade que “esta alta población de excedentes tiene un impacto negativo en las condiciones de alojamiento y manejo, así como en la calidad de exhibición y en la imagen ofrecida, de acuerdo con los requisitos educativos y de divulgación del zoológico”.
Subraya que “en la gran mayoría de los zoológicos, la gestión de excedentes es un proceso normal y común de gestión de la propia colección, que se traduce principalmente en la cesión o venta a otros centros de destino interesados, con el fin de incrementar y mejorar su propia colección zoológica”. Sin embargo, como los animales de la colección Vigozoo son considerados patrimonio municipal, el procedimiento de venta o cesión directa a terceros que se realiza en la mayoría de los zoológicos no es posible, por lo que es necesario acudir al procedimiento de concurso público para adjudicarlos a los interesados.