La pandemia del COVID-19 no ha impedido que la Navidad de Vigo, una de las famosas del mundo, cruce las fronteras de la urbe, de Galicia, de España y hasta de Europa. Los millones de luces que engalanan las calles desde hace meses han logrado un año más que la ciudad olívica, una de las capitales de esta época festiva, se proyecte en rincones repartidos por todo el planeta. El pasado viernes, sin ir más lejos, las cámaras de la televisión pública belga RTBF se citaron con el alcalde, Abel Caballero, en uno de los elementos que trazan la huella dactilar del programa navideño: el árbol gigante, ubicado ahora en la calle Policarpo Sanz. El regidor, además de presumir del despliegue lumínico, trasladó el proyecto “mil por cien seguro” a gente que reside a más de 1.500 km de distancia.
Y es que las directrices marcadas por el gobierno local en materia navideña han sido empleadas como guía para dirigentes de diferentes partes. Sirva de ejemplo la cabalgata de los Reyes Magos, que, para garantizar el cumplimiento de las medidas antivirus, será estática, concepto por el que se han interesado alcaldes de municipios de toda España y que sirvió al Gobierno central para elaborar las recomendaciones sanitarias que se deben tener en cuenta en esta Navidad. Cámaras para supervisar los aforos y controladores a pie de calle refuerzan el plan de seguridad de este año tan sumamente atípico.
La expectación creada en ediciones anteriores aupó a Vigo al podio de las ciudades navideñas más atractivas. En esta ocasión, se notó: canales nacionales incluyeron en sus informativos y programas de entretenimiento el acto del encendido de las luces, que comenzaron a iluminar el alma de la urbe el miércoles 2 de diciembre tras un breve acto de presentación. El espectáculo urbano más esperado en la metrópolis se pudo seguir desde cualquier lugar del mundo a través de Internet. Y es que, como anunció el alcalde en varias ocasiones, “si la gente no puede venir a la Navidad de Vigo, la Navidad de Vigo irá a sus casas”. Así lo ha querido el coronavirus, que seguirá limitando la movilidad en estas fechas tan mágicas.
Y así fue. Lo reflejan los datos que ofrece Google Trends, una herramienta que aporta información sobre búsquedas en la Red. Durante los últimos 30 días, los términos “Navidad” y “Vigo” se teclearon conjuntamente desde casi todas las comunidades autónomas del Estado –destacan Galicia, Asturias y Castilla y León–, pero también desde Francia o Alemania. El pico de interés se alcanzó el día del encendido de las luces. La segunda fecha más exitosa en los buscadores fue el 19 de agosto: en pleno verano, comenzaba el montaje de la decoración. Medios de comunicación de España y extranjeros, como The Guardian, Observador, Jornal de Notícias o Diário de Notícias, se hicieron eco de la información. También Lonely Planet, que elaboró un breve reportaje para descubrir a sus lectores los secretos revelados a voces de la urbe más poblada de Galicia. “Hogar de la flota pesquera más grande de Europa, es una ciudad acogedora y segura, con muchos bares de tapas, restaurantes y clubes animados. La Navidad llega pronto a este lugar con la exhibición de luces más grande del mundo”, se citaba.
El éxito de las luces también se proyecta en el elemento de moda más característico de los últimos meses: la mascarilla. La tienda de Ponteareas Don Disfraz, una de las mayores empresas de España en la venta de disfraces, complementos y decoración para fiestas, ha lanzado recientemente un tapabocas con un diseño basado en la ya famosa frase de la Navidad viguesa: “Diez millones de luces led”, un mantra que repitió Caballero en mil y una ocasiones para publicitar el proyecto festivo y atraer a visitantes al espectáculo lumínico capitaneado por el árbol gigante, la caja de regalo, el muñeco de nieve y la bola.
La ciudad ilumina las redes
Las redes sociales son un termómetro interesante para conocer la nota que los ciudadanos le ponen a las luces. Si nos fiamos de este examen, vuelven a sacar sobresaliente. Twitter e Instagram se llenan de fotografías y vídeos que dejan constancia de las maravillas navideñas, haciéndolas llegar a usuarios de un vasto abanico de países.
