Las bandas itinerantes del Este se vuelven especialmente activas en las fechas previas a la Navidad. “En octubre, noviembre y diciembre nunca fallan; vienen, se instalan aquí unas semanas para cometer los robos y desaparecen con el botín”, describe un guardia civil. Ocurre año tras año y este 2020 no ha sido una excepción. Pese al coronavirus, los cierres perimetrales de ciudades y el toque de queda a partir de las once de la noche, estos grupos delictivos volvieron a hacer acto de presencia en Vigo y en los municipios del entorno. La oleada de asaltos en chalés que se produjo especialmente en noviembre delataron su presencia. Y hubo alguna banda que no pudo eludir el cerco policial. Un joven albanés lleva ya dos semanas en la prisión de A Lama tras ser detenido en un operativo en San Andrés de Comesaña –sus compinches sí lograron darse a la fuga–. Y tres asaltantes más de la misma nacionalidad pero de otra organización permanecen también encarcelados tras ser capturados cuando pretendían abandonar de Galicia. Solo a estas dos bandas se les atribuyen 90 robos en viviendas, lo que da una idea de lo activas y eficaces que son.
A estos delincuentes solo les interesa el dinero y las joyas. Es el botín que buscan. Pertenecen a la delincuencia organizada procedente sobre todo del Este de Europa y, aunque suelen actuar cuando los moradores de las viviendas están fuera, pueden también hacerlo con los ocupantes dentro: entran por la ventana o a través del balcón a la segunda planta del chalé, haciéndose con el botín con sigilo y en apenas unos minutos mientras la familia permanece abajo, en la cocina o en el salón, ajena a que su casa está siendo desvalijada. “Hubo algún caso así este año; afortunadamente, a excepción del propio robo, no hubo que lamentar nada más”, relatan.
De Albania y Croacia
“La mayoría de las bandas itinerantes que detectamos por aquí son de Albania, Croacia, Rumanía o Bulgaria”, explican fuentes de la Policía Nacional. Este año fue extraño en Vigo por el coronavirus. Entre marzo y junio, coincidiendo con el primer estado de alarma y el obligado confinamiento domiciliario, los robos en viviendas se desplomaron. “¿Quién va a entrar a una casa sabiendo que sus ocupantes están dentro?”, argumenta un agente. De aquella época uno de los pocos robos que trascendió fue el de los falsos sanitarios que asaltaron y drogaron en su piso de Travesía de Vigo a un matrimonio mayor, pero no se trataba de ningún grupo itinerante, sino de ladrones locales aliados con compinches de Madrid.
Los robos empezaron a aumentar tras el verano y, de hecho, la estadística de asaltos en domicilios en Vigo de enero a septiembre de este 2020 revela que se denunciaron 195 robos, solo un 10% menos que los del mismo período de 2019. Aún no hay datos del último trimestre del año, pero hubo toda una oleada, dada la irrupción de bandas extranjeras. En octubre se detectó un grupo croata formado por mujeres que robaba en pisos del casco urbano de la ciudad. Y en noviembre llegaron las bandas de albaneses que entraron en chalés de las afueras de Vigo y de otras localidades como Baiona, Nigrán, Gondomar, Porriño o Mondariz. “Siempre aparecen por estas fechas”, cuentan.
Si se echa la vista atrás es fácil comprobar esta querencia de los grupos del Este por las semanas previas a la Navidad. Hace un año, en diciembre, la Operación Santa Isabel del Juzgado de Instrucción 1 de Vigo derivó en la desarticulación de una banda albanesa a la que se relaciona con medio centenar de asaltos: eran cuatro jóvenes que durante su paso por Galicia se alojaron en una casa rural de Arzúa (A Coruña) haciéndose pasar por ciudadanos griegos. Y también en 2019 se logró capturar a otra organización de Albania que se asentó en Pontevedra y a la que, a modo de anécdota, se le requisó varias de las famosas caretas de Dalí popularizadas por la serie “La Casa de Papel”.
Un año antes, en 2018, estos grupos delictivos aparecieron también en Galicia poco antes de las vacaciones navideñas. Un ejemplo fueron los integrantes de la banda aparentemente kosovar que intentaron asaltar la juguetería Toys’R’Us de Vigo con un butrón. Y en 2017 más de lo mismo: la Policía Nacional atribuía en diciembre de aquel año a un grupo del Este los asaltos que se habían registrado en parroquias como Coruxo o Bembrive. Huyeron en un coche de alta gama.
