El alcalde, Abel Caballero, asume que trasladar el Monumento al Trabajo (popularmente conocida como la escultura de Los Rederos) desde Gran Vía a la rotonda de Isaac Peral, no se llevará a cabo mientras no se ejecuten nuevos tramos de las rampas mecánicas recién inauguradas en la calle. Estas cintas, que se han convertido en la cita navideña de los vigueses, abarcan desde María Berdiales y Venezuela, y los tramos restantes no se ejecutaron por una resolución de Patrimonio de la Xunta por “no ser acordes con la preservación del conjunto urbano”, en concreto, diversos edificios catalogados.

“De momento, la Xunta nos dice que no a las rampas ¿para qué vamos a quitar la escultura”, decía ayer Caballero, aunque insiste en que su ubicación actual es un obstáculo para el tránsito de peatones por la zona debido a sus aceras estrellas, con el añadido del estanque que rodea a la pieza.

Por ello, el alcalde reiteró la voluntad municipal de completar las rampas de Gran Vía desde Urzáiz hasta Plaza de España, pero para ello se requiere una autorización de la Xunta. Hizo referencia al éxito de esta instalación y subrayó no hay ningún argumento para justificar la negativa autonómica. “Su ampliación ya es un clamor y el gobierno de Feijóo tendrá que reconsiderar su oposición a este proyecto de movilidad”, dijo ayer

Tras responder a la delegada de la Xunta, Marta Fernández-Tapias, diciendo que “el PXOM no prohíbe las rampas” indicó que el “único argumento utilizado por la Xunta para paralizar este proyecto -según el informe de Patrimonio- es que la actuación propuesta no está en línea con la preservación del casco urbano”. A juicio de Caballero, no existe justificación, ni urbanística ni de ningún otro tipo, para no autorizar esta obra. La Xunta “tendrá que reconsiderar su negativa ante la presión ciudadana porque este proyecto de movilidad -utilizado a diario por miles de personas- es un acierto indiscutible en la ciudad”.