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Un descenso demográfico sin freno: el área perderá una media de mil habitantes al año

Las predicciones demográficas de Estatística apuntan a que Vigo y sus diez municipios más próximos apenas sumarán 400.000 vecinos en 2035, con 20.000 niños menos que ahora

El declive demográfico no cesa, con zonas del interior de Galicia casi despobladas y con una migración interior hacia las ciudades de la costa que acelera el desequilibrio pero no sirve para poner freno a un fenómeno de caída de empadronamientos que incluso se acelera. Así se pone de manifiesto en la última proyección de población elaborada por el Instituto Galego de Estatística (IGE) hasta el año 2035. Estas previsiones, establecidas para la comarca de Vigo (la urbe y otros diez municipios próximos), señalan que dentro de quince años, este territorio tendrá 15.989 vecinos menos que en la actualidad. Es decir, habrá una implacable pérdida de mil vecinos cada año, de media.

El descenso no será equilibrado. La ciudad de Vigo y quizás algún concello próximo mantengan el tipo en los ejercicios venideros, como suele ocurrir cada vez que se dan a conocer los datos oficiales de los censos municipales –los correspondientes a 2020 se publicarán a finales de este mes–. Pero ese desequilibrio acentúa aún más la sangría que padecerán determinados territorios, donde la población está especialmente envejecida ya en la actualidad.

Municipios que conforman la comarca: Vigo, Redondela, Porriño, Nigrán, Mos, Gondomar, Baiona, Salceda, Soutomaior, Pazos de Borbén, Fornelos de Montes

El estudio del IGE toma como base territorial las comarcas oficiales de la Xunta, que en el caso de Vigo engloba a la propia ciudad (que ronda los 300.000 habitantes) más Redondela, Porriño, Nigrán, Mos, Gondomar, Baiona, Salceda de Caselas, Soutomaior, Pazos de Borbén y Fornelos de Montes, que se reparten los cerca de 120.000 habitantes que contabiliza Estatística, hasta sumar los 416.322 que este instituto toma como dato de partida en 2020. Esa cifra se va reduciendo progresivamente, año a año, hasta caer a los 400.333 en 2035, según sus estimaciones. El descenso es de menos de un 4%, que puede resultar “aceptable” si el análisis se queda en ese dato, pero al profundizar en el análisis se detectan conclusiones dramáticas. Por ejemplo, la franja de edad entre los 0 y los 20 años experimenta una caída brutal. Dentro de quince años habrá en esta comarca 20.000 niños y adolescentes menos que en la actualidad, al pasar de algo más de 73.000 a menos de 53.000. Es un recorte del 27,5%. Y en el otro extremo del abanico se comprueba que el número de personas mayores también se dispara, con casi 30.000 personas de más de 64 años. Los 90.700 actuales pasarán a más de 120.000, casi un 33% de aumento. De este modo, dentro de tan solo quince años, la población activa –la que está en edad de trabajar, que ahora es de los 16 a los 65 años– se acercará peligrosamente al mismo número que niños y tercera edad. Ahora, más del 65% de la población es potencialmente activa, pero en 2035 ya apenas llegará al 60%.

Otra prueba de este envejecimiento, muy desigual por territorios, pero que afecta de forma grave al conjunto, es el relativo a la edad media de la población. A día de hoy, Estatística la sitúa en los 45,3 años, pero en 2035 se superarán por vez primera los 50 años como media de todos los habitantes de la comarca. En concreto serían 50,2, ligeramente mejor que los 50,7 del área de Pontevedra, pero algo por encima de los 49,5 de A Coruña y Santiago.

El número de personas mayores de 64 años aumentará cerca de un 33%

En toda Galicia, el IGE estima que en estos próximos años, la caída de la población será de más de 175.000 personas y su media de edad pasará de 47,5 a 51,7, a la par que en las áreas urbanas de Lugo y Ourense, mientras que la de Ferrol llegaría a 52,4. En la provincia de Pontevedra, la zona más envejecida será la de Paradanta, que rozará los 61 años.

Más hogares y menos natalidad al aumentar las familias unipersonales

La única proyección demográfica con aparentes datos positivos es la relativa al número de hogares, que crecerá en toda la comarca en los próximos años. Sin embargo, no deja de ser un espejismo, ya que ese aumento se produce a costa de un mayor número de familias unipersonales, de personas que viven solas. El actual estudio del IGE no determina la edad de estos habitantes, pero sí se puede concluir que muchos son personas mayores. Unido a esto, el documento detalla las previsiones en materia de nacimientos, defunciones y saldos vegetativos y migratorios. Este último es el único con resultado favorable, ya que dentro de quince años, el índice de personas que entra en la comarca a vivir será el doble que en la actualidad. Pero, por la contra, nacerán muchos menos niños y habrá más fallecimientos, de modo que el saldo vegetativo (la diferencia entre partos y muertes y que durante décadas fue la base del aumento de los censos) se dispara de forma negativa y alarmante. Se pasará de -1.145 de ahora a -2.222 de 2035. La tasa bruta de natalidad (número de nacimientos por cada mil habitantes) caerá de 6,3 a 5,7 y la de mortalidad aumentará, por su parta, de 9,1 a 11,2.

Se duplica la tasa de envejecimiento: 227 mayores por cada cien niños

El índice de envejecimiento es una de las tasas que con más evidencian el declive demográfico, que no solo se manifiesta en una pérdida de población, sino en que los residentes son cada vez de más edad. Esta tasa compara el número de mayores de 65 años con el de menores de veinte, de modo que cuanto más baja sea ese índice de envejecimiento, más joven es la población de un territorio. A día de hoy se sitúa en 124 mayores por cada cien niños y adolescentes y solo Santiago, O Condado y Morrazo están mejor que Vigo. En Galicia es de 160 y se dan casos extremos en la montaña de Os Ancares y A Fonsagrada, donde se rozan los 600 mayores por cada centenar de niños. Sin embargo, los aceptables datos actuales se tornan dramáticos en las predicciones de Estatística para los próximos tres lustros, con el añadido de que este sector de la población es el más afectado por los fallecimientos a causa del COVID. Este índice en Vigo se duplicará y se llegará a las 227 personas de más de 64 años por cada cien menores de veinte. Y con este aumento del censo de la tercera edad, crecerá el padrón de centenarios, ya que se estima que en 2035 habrá más de cuatrocientos en la comarca, cinco veces más que ahora.

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