El Parlamento gallego pedirá al Gobierno central que transfiera a la Xunta los dos centros gallegos del IEO de forma inmediata y una vez saneados. La reclamación, que se formula de forma recurrente desde hace décadas, parte esta vez de una iniciativa del BNG respaldada por todos los partidos y planteada como alternativa a su integración en el CSIC para rescatarlo del colapso. Sin embargo, desde el Oceanográfico vigués, el mayor de los nueve que integran el organismo estatal, descartan que este traspaso solucione sus problemas. Y recuerdan además que el Ejecutivo central depende de este trabajo en red para diseñar sus políticas y defender sus estrategias ante Europa en el ámbito marino.
“No es una pretensión nueva de la Administración gallega, sino que se trata de una proposición recurrente desde los años 90. Tanto los recursos como los ecosistemas que estudiamos están relacionados con áreas geográficas más amplias que la costa gallega y la capacidad de colaboración que tienen los centros del IEO nos permite obtener una visión global y abordar todos los retos. Gracias a esta red podemos dar una respuesta muy rápida ante crisis como las del Mar Egeo. Sería difícil para Vigo y A Coruña alcanzar el mismo nivel dentro de un organismo más local o regional. El IEO lleva 100 años produciendo conocimiento del que se deriva el consejo científico. Habría que ver los pros y los contras de esa transferencia”, plantea Pablo Carrera, director del Oceanográfico vigués.
Tampoco considera que el traspaso contribuiría a solucionar la parálisis administrativa del IEO. “No va por ahí. Nuestro problema, como el de muchos OPI (Organismos Públicos de Investigación) es un cuadro de personal administrativo insuficiente para nuestra capacidad investigadora. Pero ahora estamos trabajando relativamente bien y la actividad es prácticamente normal. La integración en el CSIC es una de las soluciones y habrá que esperar al real decreto para conocer los términos finales. Lo que no podíamos es seguir como estábamos”, reconoce.
Juan Bellas, investigador del Oceanográfico y uno de los expertos que participaron en el informe sobre la situación del IEO entregado al Ministerio de Ciencia, tampoco cree que la transferencia sea una buena opción: “Nunca nos han hecho llegar ninguna propuesta detallada de cómo se haría o qué tareas tendríamos. Y en el contexto actual no supondría ninguna solución a nuestros problemas. Son cuestiones políticas, no responden a intereses científicos ni sociales. Lo que hay que hacer es sentar las bases y poner los medios para poder seguir haciendo lo mismo cuando estemos en el CSIC”.
¿Quién haría estas labores?
“Una de las principales fortalezas del IEO es contar con una red de centros muy bien interconectados y con una amplia cobertura geográfica que le permite dar una respuesta rápida a las necesidades científicas. Y no solo en el ámbito de la pesca, que parece ser lo que más preocupa, sino también en el de la observación del medio marino. Cuando se necesita poner en marcha una campaña oceanográfica o actuar frente a una crisis como la del Prestige somos capaces de hacerlo antes que el CSIC y las universidades. El IEO es un organismo totalmente diferenciable en investigación marina que viene realizando su labor de manera muy solvente a pesar de los problemas”, destaca.
"En Vigo está el equipo que da respuesta al programa de contaminación marina nacional en toda la costa atlántica hasta Canarias. ¿Quién haría todas estas labores si nos transfieren a la Xunta?”
Bellas señala la labor a nivel estatal y en aguas extranjeras que realizan los investigadores gallegos del IEO: “Y a nivel ambiental, en Vigo está el equipo que da respuesta al programa de contaminación marina nacional en toda la costa atlántica hasta Canarias. ¿Quién haría todas estas labores si nos transfieren a la Xunta?”.
Respecto a su integración como centro nacional en el CSIC, que el ministerio prevé hacer efectiva el próximo enero, Bellas reconoce que en los últimos meses se han “desatascado y acelerado” procesos y contratos. “El gasto estaba prácticamente congelado y todo se ha hecho de forma un poco atropellada. A ver si el año que viene se estabiliza y se hace mejor”, añade.
Pero su mayor crítica tiene que ver con la falta de comunicación desde el ministerio: “No se está dejando participar al personal y ni siquiera se nos informa. Tenemos todas las dudas del mundo. No solo queríamos mejoras en la gestión y la administración, también pedíamos cambios de organización, estructura y gobernanza. Por ahora, en todo este proceso falta transparencia y estamos francamente preocupados”, lamenta.
Alberto González Garcés, director del Oceanográfico vigués en dos etapas (87-89 y 93-2007) y recién jubilado, también señala que la labor esencial del IEO para el Gobierno central siempre ha pesado frente a las peticiones de traspaso.
“La pregunta es si sería deseable y yo creo que no. Una cosa es que el IEO tenga problemas de gestión y que haya que resolverlos de la mejor manera posible. Y otra, que los centros deban separarse y que sean gestionados por la propia autonomía. Galicia ya cuenta con centros magníficos propios para la gestión de los recursos marinos que son de su competencia, tiene asegurado ese asesoramiento. Pero el IEO completa a lo largo de casi toda la costa española una red de investigación pluriterritorial y multidisciplinar que proporciona información científica al Gobierno central para que pueda tomar decisiones en los ámbitos que le corresponden o defender sus posturas en la Unión Europea. No hay otro organismo que haga esta labor. Si el IEO se transfiere, tendría que crearse otro. No es oportuno ni lógico. No se gana nada y sí se pierde”, advierte.
“Lo que tiene que ocurrir es que el Gobierno central ayude al IEO para que los problemas de gestión se superen, con medios técnicos y con una inyección de dinero"
“Tomo la propuesta en un sentido positivo para ayudar a los centros gallegos del IEO, pero no sería lógico. Y la sociedad perdería. Desde los años 90, la ONU y la FAO recomiendan que las políticas tengan en consideración todo el ámbito de distribución de un stock o población. Hay que estudiarlos en su conjunto. Las campañas de la sardina atlántica, por ejemplo, las coordina el centro de Vigo, que trabaja en conjunto con A Coruña, Santander, Gijón y Cádiz y con centros portugueses. Y esta colaboración también se desarrolla con la merluza del Gran Sol o la plataforma patagónica, ámbitos todos ellos que no son competencia de la Xunta”, añade.
“Lo que tiene que ocurrir es que el Gobierno central ayude al IEO para que los problemas de gestión se superen, con medios técnicos y con una inyección de dinero. Es realmente sencillo”, demanda.
