Más de 420 bodas de parejas homosexuales en quince años de matrimonio igualitario

En 2005 se legalizaron los enlaces entre personas del mismo sexo: aquel año arrancó con 11 en Vigo y provincia

Desde entonces, el 54% fueron bodas gays y el resto, de mujeres

Patricia y Laura, vecinas de Vigo, se casaron en 2014 y tuvieron una hija en 2017.

Patricia y Laura, vecinas de Vigo, se casaron en 2014 y tuvieron una hija en 2017. / SANDRA TOMÉ

Marta Fontán

Marta Fontán

Este verano se cumplieron 15 años desde la entrada en vigor de una ley que supuso un gran paso en la lucha por el matrimonio igualitario. En 2005 España se convertía en el cuarto país del mundo –a día de hoy son ya varias decenas– en permitir los enlaces entre personas del mismo sexo, junto con Holanda, Bélgica y Canadá. Con el socialista José Luis Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, el Código Civil se adaptaba a una realidad social que venía reclamando desde hacía tiempo ese cambio. ¿Cuántas parejas homosexuales se han casado desde entonces? En Vigo y en el resto de la provincia de Pontevedra se han celebrado durante estos tres lustros casi medio millar de bodas. En aquel 2005 en que se estrenó la reforma fueron 11 uniones y, desde entonces, se oficializaron entre 25 y 50 más cada año. Tanto de parejas gays como lesbianas. Los colectivos que luchan contra la discriminación por razón de orientación sexual coinciden en que la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo fue un avance enorme, pero recuerdan que aún tienen retos por delante. “Quedan muchos pasos por andar en el objetivo de conseguir una verdadera igualdad social”, expone Elisabeth Pérez, de la asociación feminista Nós Mesmas. Como por ejemplo, citando solo un ejemplo, que el colectivo LGTBI todavía deba enfrentarse “injustamente” a una serie de trabas que no sufren las parejas heterosexuales a la hora de tener hijos y formar una familia.

La ley que legalizó el matrimonio homosexual entró en vigor, no sin polémica por parte de diversos sectores, en julio de 2005. Apenas unos días después varias parejas iniciaban ya en el Registro Civil de Vigo los trámites para casarse y ver cumplido su sueño. Ese año, según las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística (INE), se celebraron 11 bodas en la ciudad olívica y en el resto del territorio pontevedrés. Y desde entonces hasta 2018, último ejercicio del que existen datos provinciales actualizados, han sido casi 420 enlaces. De ellos el 54% fueron matrimonios entre hombres –un total de 224–, mientras que el 46% restante constituyeron uniones de mujeres –194–. Algo que fue posible gracias a los cambios introducidos en el Código Civil: sustituir los términos “marido” y “mujer” por “cónyuges” o “consortes” o los de “padre” y “madre” por “progenitores”. Y tras añadirse una importante frase en su artículo 44: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.

Colectivos LGTBI: “Fue un gran paso, pero queda mucho todavía por andar”

“No cabe duda de que la realidad social española de nuestro tiempo deviene mucho más rica, plural y dinámica que la sociedad en que surge el Código Civil de 1889. La convivencia como pareja entre personas del mismo sexo basada en la afectividad ha sido objeto de reconocimiento y aceptación social creciente, y ha superado arraigados prejuicios y estigmatizaciones”, exponía el preámbulo de aquella ley, que precisamente incidía en la “imprescindible adaptación terminológica de los distintos artículos” del texto legal que hacían referencia al matrimonio.

Quince años después, aún quedan retos por delante. La asociación Nós Mesmas lucha por los derechos de las mujeres lesbianas, bisexuales y transexuales de Vigo y Pontevedra. En la cuestión concreta de las relaciones familiares las parejas homosexuales lograron avances a la hora de tener hijos, pero en este ámbito aún sufren restricciones, avisan, que no tienen las que son de diferente sexo. Y existe una realidad que aún está ahí. “Hay personas que todavía tienen dificultades para asumir su orientación y hacerla visible”, afirma Elisabeth Pérez. El “machismo” y la “homofobia”, lamenta, persisten y hay que seguir luchando contra ello.

Ellas les superan dando el 'sí, quiero'

Agencia ATLAS | Archivo

“La boda nos apetecía y, además, debíamos casarnos para tener hijos”

Laura y Patricia cumplieron su sueño de casarse. Lo hicieron en 2014, año en el que la reforma legal que permitió el matrimonio entre personas del mismo sexo sumaba ya casi una década de recorrido. En el caso de estas dos vecinas de Vigo la boda era un paso que les apetecía dar. “Es un derecho esencial y nos hacía mucha ilusión”, afirma Laura. Pero también debían de hacerlo por su deseo de ser madres. “Teníamos que estar casadas para que a nivel oficial nos reconocieran a las dos”, explica. Intentaron adoptar, pero finalmente recurrieron a técnicas de reproducción asistida, a la fecundación in vitro. Y en 2017 nació su hija, Naira, que hoy, afirman orgullosas, tiene ya “tres añitos”.

Patricia y Laura, vecinas de Vigo, se casaron en 2014 y tuvieron una hija en 2017

Patricia y Laura, vecinas de Vigo, se casaron en 2014 y tuvieron una hija en 2017

Registro Civil

Pese a los avances logrados, Laura hace hincapié en los “prejuicios” que todavía existen. Ella y Patricia los sufrieron con su propia hija, cuando fueron a inscribirla al Registro Civil. “Yo fui la que me quedé embarazada y me decían que mi mujer tenía que adoptar a la niña, cuando no era así; finalmente la cuestión se solventó, pero lo ocurrido fue la prueba de que a pesar de que el matrimonio entre personas del mismo sexo ya está legalizado desde hace mucho tiempo, hay gente a la que le falta información”, explica. En el día a día también se encuentran con otras situaciones que evidencian que, pese a los avances, “queda por hacer”. Por ejemplo, a la hora de ir al pediatra con la niña. “Cada vez que vas a un médico nuevo es tener que salir constantemente del armario; se presupone la heterosexualidad y no debe de ser así; es necesario un cambio de mentalidad en este sentido”, concluye.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents