Ya está todo dispuesto. La última incógnita pendiente en la navidad viguesa ya se ha despejado. El encendido de la iluminación festiva será el jueves 3 de diciembre a las 20.00 horas, justo la víspera de la posible reapertura de la hostelería, si para entonces el COVID no obliga a aplicar más restricciones. Y como la pandemia todo lo condiciona desde hace meses, la ceremonia en la que el alcalde, Abel Caballero, pulsará el botón para dar a los millones de leds instalados por la ciudad, tendrá poco que ver con lo ocurrido años anteriores. El lugar es diferente, la calle Policarpo Sanz, por las obras en Porta do Sol, y habrá una gran limitación de asistencia para evitar aglomeraciones. “Será sin apertura generalizada y libre al público, solo habrá representantes de asociaciones culturales y vecinales en número muy limitado, sentados y con absoluto control de capacidad”, dijo ayer el alcalde al presentar un dispositivo de seguridad frente al COVID que incluye el vallado de numerosas calles, la presencia de “controladores” y cámaras de vigilancia y otras medidas para impedir muchedumbres y que la pandemia afecte aún más a una programación festiva ya muy mermada.

Caballero desgranó ayer parte de las medidas especiales en materia de tráfico y seguridad que estarán en vigor durante 38 días, hasta el 10 de enero, en las zonas más concurridas. Explicó que “con el objetivo de facilitar la movilidad peatonal y las distancias de seguridad en el centro se cortará el tráfico (en ese mes largo) en diferentes zonas del centro de la ciudad durante seis horas al día, entre las 17.00 a las 23.00 horas”, justo el momento en el que se aplica cada día el toque de queda nocturno. Todo este proceso se plasma en un bando que señala los cortes de tráfico totales, en esa franja horaria, en doce calles y plazas: Elduayen, Porta do Sol (en ambos casos por las obras); Policarpo Sanz; Darío Álvarez Blázquez; Reconquista entre Marqués de Valadares y Policarpo Sanz; Velázquez Moreno entre Príncipe y Marqués de Valadares; Colón; Urzáiz entre Gran Vía y Colón; el tramo ascendente de Gran Vía desde Urzáiz hasta María Berdiales; Hernán Cortés entre Urzáiz y María Berdiales; Doctor Cadaval desde López de Neira hasta Porta do Sol; y Uruguay, en el tramo de Cervantes hacia Gravina.

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Además, se establecen cambios circulatorios (desde limitación a residentes hasta cambios de sentido) en tramos de Colón, Velázquez Moreno, Gran Vía o Cervantes, y se aconsejan diversos desvíos para que el tráfico se vea afectado lo menos posible. El bando incluye reajustes en el transporte público, restricciones para acceder entre las 17.00 y las 23.00 horas a los aparcamientos de Policarpo Sanz, Velázquez Moreno, Colón Centro, Praza de Portugal y Urzáiz, y se habilitan rutas específicas para entrar o salir de los garajes particulares, siempre con una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora

El acto de encendido estará vallado y con una presencia mínima de dos personas

Este dispositivo de tráfico se suma al plan de control de aforos, con una red de una veintena de cámaras que detectan siluetas y las cuentan, y una brigada de 25 vigilantes. El despliegue se extenderá a 60 calles, pero será más intenso en el Casco Vello (Plaza da Constitución da Pedra o da Igrexa; Policarpo Sanz, Príncipe, Urzáiz, Rosalía de Castro, Porta do Sol y calles adyacentes como López de Neira, Velázquez Moreno o García Barbón.

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El alcalde también reiteró ayer el apoyo municipal al control del cumplimiento de las medidas de seguridad establecidas para evitar la propagación del coronavirus en los locales de hostelería de la ciudad cuando se permita su reapertura. Así, apuntó que el Concello asumirá el coste de la contratación de “controladores COVID”, que instarán a los clientes a utilizar la mascarilla “entre consumición y consumición”. También apoyarán a los propietarios de los locales e indicarán la distancia que deberá mantenerse entre las sillas y las mesas. La formación de estos trabajadores, que se prevé que estén contratados en cuestión de días, será asumida por la asociación del sector.