La tarde del 19 de septiembre de 2019, desde su teléfono móvil, un estudiante publicó un sticker de pornografía infantil en el grupo de WhatsApp de su residencia universitaria, un chat que sumaba más de 200 integrantes. La imagen que compartió consistía en una fotografía sexual en la que salía una niña de muy escasa edad.

Lo que hizo este joven es constitutivo de un delito de pornografía infantil, concretamente el que se recoge el artículo 189.1. del Código Penal en su apartado b), que contempla penas de hasta 5 años de prisión para quien, entre otras conductas, facilite la “difusión o exhibición” por cualquier medio de imágenes pornográficas en la que se haya utilizado a menores o a personas con discapacidad necesitadas de protección.

La vista de conformidad contra este universitario se celebró ayer en el Juzgado de lo Penal 1 de Vigo. Fue a puerta cerrada atendiendo a la juventud del acusado –tiene 18 años– y a la naturaleza de los hechos. La Fiscalía pedía inicialmente tres años de prisión por compartir el sticker de contenido pedófilo en un grupo de WhatsApp en el que había 211 integrantes. Pero finalmente, en virtud del acuerdo entre Ministerio Público y defensa, se le rebajó la condena a seis meses de cárcel. Se le tuvieron en cuenta, como atenuantes, que reconoció los hechos y el arrepentimiento mostrado.

Los stickers son imágenes, en ocasiones animadas, que se utilizan en las aplicaciones de mensajería y en las redes sociales para ilustrar un contenido de texto, enriquecer una conversación o expresar una emoción. El problema en este caso es que la imagen compartida por el universitario tenía un claro contenido pedófilo. Este es el primer caso que trasciende en Vigo en que se condena por la publicación de un sticker de porno infantil. En otros puntos de España ya hubo operativos policiales por este motivo.