La ciudad olívica está lejos de que se puedan levantar las restricciones. Al menos eso es lo que se puede entrever tras la comparecencia del comité clínico de la Consellería de Sanidade. La directora de Salud Pública, Carmen Durán, afirmó con datos actualizados que Vigo se encuentra en una incidencia de 136,8 casos de COVID por 100.000 habitantes en los últimos siete días. Para poder levantar las restricciones, el comité clínico defiende que se deben bajar de los cien contagios por 100.000 habitantes y que esa cifra se estabilice durante una semana. Por tanto, todo apunta a que la ciudad no llegará en las condiciones necesarias al puente de comienzos de diciembre e incluso podrían extenderse más allá de esas fechas. Pese a que en teoría las restricciones se mantienen durante cuatro semanas porque se entiende que es un período en el que podrían ayudar a frenar la incidencia del virus hasta los límites deseados, en caso de no conseguirlo, ese período podría alargarse hasta que Vigo bajase de esos cien casos en la última semana por esos 100.000 habitantes y se estabilice en esas cifras.

Otras ciudades como Santiago y Ourense, apuntó ayer el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, están más cerca de lograr ese objetivo y se encuentran en una situación epidemiológica mejor que la viguesa. Y es que A Coruña y Vigo encabezan la nueva subida de casos. En el área sanitaria viguesa hay en la actualidad 2.293 pacientes que están pasando la enfermedad, 84 más que en la jornada anterior y después de que se detectasen 246 infecciones en solo 24 horas, doscientas más que en días anteriores. Fuentes oficiales indican a que este incremento se debe a positivos en los cribados que se están realizando en residencias de mayores. Principalmente, al brote que se está viviendo en el geriátrico Vila do Conde de Gondomar. Si hace tres días eran 25 los usuarios contagiados y un trabajador, el cribado realizado arrojó un resultado desolador: actualmente ya son 89 mayores de los 120 que tiene este centro y 16 los empleados infectados.

Por otro lado, hay que destacar también el aumento de pruebas realizadas. En el parte de ayer ya aparecen 2.071 PCR completadas, en las cuales el 11,87% de las personas dieron positivo marcando un máximo desde el pasado 17 de noviembre. A esas pruebas hay que añadir además las que se hacen en las residencias de mayores, con cribados masivos entre sus usuarios y su personal.

Por comarcas, el conselleiro de Sanidade puso el foco ayer en O Morrazo, especialmente en Marín y Moaña. Respecto al municipio moañés, la situación es preocupante, con 92 nuevos casos diagnosticados en los últimos catorce días, lo que ha obligado al Sergas a incluirlo en las restricciones, es decir, cerrar su hostelería, prohibir los encuentros entre no convivientes y cerrar perimetralmente la localidad. En este sentido, el conselleiro mencionó específicamente que las reuniones familiares que tuvieron lugar por la festividad de San Martiño son los principales focos que han situado a Moaña en una situación tan preocupante.

Por eso ya se está hablando que de cara a la próxima Navidad será necesario acudir a las celebraciones familiares (que la Xunta debate si limitarlas a seis o diez personas) con mascarilla y guardando siempre la distancia de seguridad.

Respecto a la presión hospitalaria, en Vigo aumentan los ingresados hasta alcanzar la centena (+1), de los cuales 22 están en la UCI (-1). De momento no son datos preocupantes y no han hecho saltar las alarmas a las autoridades sanitarias viguesas porque se considera que el Cunqueiro tiene recursos y camas suficientes para tratar a un número de pacientes con coronavirus mucho mayor. Además, la mayoría de contagiados se encuentran pasando la enfermedad en sus propios domicilios al apenas presentar síntomas.

Respecto a los distintos municipios, uno de los que presentó un mayor empeoramiento en cuanto a incidencia del virus fue Gondomar, con 93 diagnosticados en los últimos catorce días (el brote en la residencia es clave para entender este dato). Los otros concellos en los que aumenta el número de casos acumulados son Moaña, Cangas, Redondela y Tui. Vigo, por ejemplo, continúa a la baja, aunque a marchas muy cortas, en cuanto a su incidencia de nuevos casos en los últimos catorce días. Según los últimos datos tiene mil, apenas una decena menos que en la jornada anterior.

Pocos síntomas y personas entre 20 y 40 años, el perfil más habitual

En las últimas semanas se está percibiendo un ligero cambio en cuanto al perfil de los nuevos positivos y también en el cuadro clínico que presentan. Al menos, en los pacientes que están recibiendo en el Punto de Atención Continuada (PAC) de Vigo y a los que se les encarga una PCR por sospecha de COVID. Pérdida del olfato o el gusto, febrícula y poco más están notando en las personas que están dando últimamente positivo. “La percepción es que se trata de síntomas gripales suaves, bastante llevaderos, especialmente comparados con los de la primera ola. La diferencia es que ahora tenemos una capacidad diagnóstica mucho mayor”, explica Elisa Ausín, facultativa del PAC vigués. En este sentido, llama la atención algo que están notando en las últimas semanas: están llamando (los fines de semana sobre todo, cuando los centros de salud están cerrados y toda la actividad extrahospitalaria de la ciudad se centraliza en el PAC), a personas que son contactos de positivos y que están completamente asintomáticos y que “cuando les llamamos para hacerles la PCR y dan también positivo, no se lo creen”. Nada tiene que ver con la situación en las residencias, donde el virus ataca de una forma mucho más agresiva a los mayores. Respecto a la edad de los nuevos contagios por coronavirus, en el PAC la sitúan entre los veinte y los cuarenta años, es decir, personas en edad de trabajar y ya no tanto jóvenes, niños o ancianos, como era más habitual hasta hace unas semanas. En este sentido, según apuntan varios médicos de centros de salud, lo más preocupante siguen siendo las reuniones familiares pero también espacios como centros comerciales y también los autobuses, donde últimamente se han visto imágenes de aglomeraciones “preocupantes” según los profesionales sanitarios.