Las restricciones aplicadas por la Xunta han tenido su efecto en el área sanitaria de Vigo. Pararon la fulgurante expansión de la infección Covid-19 desde la segunda semana de octubre, cuando quintuplicó el número de infectados activos, alcanzando los dos millares, en solo 20 días. Pero el impacto es menor del esperado. Y preocupa. El Sergas informó ayer de un nuevo récord absoluto de positivos: 280, desde las 18.00 horas del martes a la misma hora del miércoles. Un pico que rompe el tímido descenso que había experimentado la curva.

La viguesa presenta la peor progresión de todas las áreas gallegas. Dos de cada cinco diagnósticos se registran en su territorio –un 42% frente al 21% de su peso poblacional–. En las dos últimas semanas ha detectado 367 infecciones por cada cien mil habitantes, un 20% más que la media gallega –293–. En este parámetro está mejor que el conjunto de España –453–. Por el momento, ya que la evolución en la última semana ya es peor: 206 nuevos contagios por cien mil habitantes frente a los 183 del resto del territorio nacional.

Según el semáforo del Ministerio de Sanidad, el área estuvo en niveles de “nueva normalidad” –la meta perseguida– en incidencia acumulada (IA) hasta el 21 de agosto. Aguantó en “riesgo bajo” hasta el 2 de septiembre y pasó el siguiente mes y medio –hasta el 20 de octubre–, en nivel “medio”. Solo resistió una semana en el “alto” y, desde entonces, está en “extremo”.

Con un margen de entre 10 y 14 días para ver sus efectos, ni la limitación de las medidas a 10 personas ni a 5 o el toque de queda parecen tener alguno. Sí el cierre perimetral junto a la prohibición de estar con no convivientes o el cierre de la hostelería. “Se ve un ligero descenso sostenido”, indica el jefe de Medicina Interna del Chuvi, el doctor Manuel Crespo. Se fija en un parámetro llamado razón de tasas –aumentan lo contagios si es mayor a 1 y bajan si es menor–. Si, cuando se decretó el confinamiento de Vigo, la curva ascendía a un ritmo de 1,75, cuando bajaron la persiana los bares, ya lo hacía más lento –1,27– y ayer bajaba –0,95–, pero menos que en los siete días anteriores.

Simón Espinosa

¿Por qué esta peor evolución que el resto del territorio desde que se fijaron las restricciones? El conselleiro Julio García Comesaña aludió el miércoles a los dos últimos brotes en residencias. Aunque esto no explica el pico registrado ayer. Si bien es cierto que el récord se alcanza tras doblar las PCR de días anteriores –llegó a 2.171–, a la Dirección del Área le preocupa que se esté disparando el porcentaje de los que dan positivo. Para la OMS, por debajo del 5% el rastreo va por delante de la expansión del virus y por encima del 10% la propagación está descontrolada. Estaba en una media del 7% y ha subido al 13%.

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El doctor Crespo, señala que los datos sugieren “laxitud en el seguimiento de las medidas de prevención”. De ahí que advierta a la población: “Si no mejoramos en su cumplimiento, las restricciones se prolongarán durante meses”.

Ayer se notificaron 3 nuevas muertes –hasta 196–, 2 de ellas en Ballesol.