El Puerto de Vigo va mucho más allá de ser un espacio de intercambio de mercancías. Es el corazón económico de la comarca, cuna de un importante sector naval y pesquero y puerta de salida de la principal industria del sur de Galicia. Y además es parte indisoluble de la ciudad. Estar al frente de la Autoridad Portuaria es un reto que trasciende lo político y es un objetivo de todas las miradas. Si el Puerto va bien, Vigo va bien. Y en esa misión, el nuevo timonel, Jesús Vázquez Almuiña, se encontrará con varios “asuntos pendientes” sobre la mesa de Praza da Estrela. Uno de los más perentorios, por ser una demanda casi unánime de los operadores, es el de los espacios portuarios, su escasez, más bien. Almuiña deberá decidir si se apuesta por más rellenos, siempre polémicos, o por reordenar la superficie existente, nunca suficiente. Un desafío que se encadena con este es el relativo a los terrenos que ocupaba Vulcano. Desde que López Veiga decidió rescatar la concesión de una empresa desaparecida, no dejan de aparecer propuestas para su uso: o bien mantenerlos para actividad de construcción y reparar naval en exclusiva, o abrirlos a más opciones.
Acuerdo con Zona Franca
En verano pasado se firmaba un protocolo entre la Autoridad Portuaria y el Consorcio de la Zona Franca que aún debe plasmarse en un acuerdo efectivo
También está sobre la mesa el protocolo que en julio pasado firmaron Zona Franca y el Puerto para diseñar una hoja de ruta global y conjunta con la que hacer frente a los desafíos económicos y sociales del área de Vigo. El pacto incluía la mejora de la terminal Ro-Ro de Bouzas, desatascar la construcción de un parking subterráneo bajo los jardines de Montero Ríos y soluciones a la concesión del consorcio, entre otras cosas, pero todo debe confirmarse y el delegado del Consorcio, David Regades, está a la espera del rumbo del nuevo presidente para retomar el asunto.
Crecimiento Azul
Una de las grandes apuestas de López Veiga, que supo ver la oportunidad que había detrás del desarrollo sostenible del Puerto. La lonja es un ejemplo claro
En aquel protocolo también se incorporaron cláusulas de integración Puerto-Ciudad, un capítulo que se ha plasmado en un buen número de actuaciones, aún incipientes, como Peiraos do Solpor, con gran implicación de la Universidade de Vigo, el jardín submarino de Bouzas o los carriles-bici a lo largo de Beiramar. Algunas están adjudicadas, pero sin obras en ningún caso. Una hipotética, y no esperada, marcha atrás dejaría en el aire una remodelación muy necesaria en el entorno de As Avenidas. En esta filosofía se encuadra el programa de Crecimiento Azul, una oportunidad a la que López Veiga se subió de inmediato y que han comenzado a imitar otros puertos españoles por la capacidad de captación de fondos que supone. El desarrollo sostenible y eficiente no es incompatible con el crecimiento de un puerto y un ejemplo de este programa es la modernización de la lonja. La creación de un grupo de trabajo amplio, con diversos sectores estratégicos implicados en la misma dirección, provocó grandes avances que podría aprovechar y potenciar el nuevo ocupante del despacho de Praza da Estrela.
Integración Puerto-Ciudad
Hay en marcha un amplio paquete de obras, algunas ya adjudicadas con la filosofía del antiguo “Abrir Vigo al Mar”. Su continuidad debe aclararse ahora.
Donde López Veiga no logró mejoras es en el relativo al tráfico de cruceros, un sector que la pandemia del Covid hundió por completo, al menos de momento. La política coruñesa de tirar los precios para las escalas de los trasatlánticos afectó de forma notable a Vigo, que redujo casi a la mitad la llegada de estos hoteles flotantes.
Recuperar los cruceros
La competencia de A Coruña y los cambios cíclicos de las navieras dieron un duro golpe a este tráfico tan asentado en Vigo, ahora paralizado por el Covid.
Reforzar una actividad de gran incidencia en el comercio y la hostelería es otro de los desafíos para Vázquez Almuiña, al igual que consolidar el tráfico de fruta y mantener la presencia de Maerks, en ambos casos en franca competencia con el vecino Puerto de Marín.
Ampliación de espacios
Todos los operadores portuarios coinciden en que la superficie disponible del Puerto es “escasa”. Unos abogan por más rellenos y otros por reordenar el existente.
Y la gran urgencia con las que se encontrará el exconselleiro de Sanidade es el de las comunicaciones, por carretera y, sobre todo, por tren, con el salida Sur del futuro AVE y su ramal a la terminal de Bouzas. El PP, tanto en la Xunta como en el Puerto, apuestan por un trazado urbano ya diseñado sobre el papel por ambas administraciones, pero el Concello primero y el Gobierno central después, ambos en manos del PSOE, han dejado claro que esas opciones no son las suyas. El alcalde, Abel Caballero, ya ha dejado claro que “nunca permitirá un tren por el medio de la ciudad” y el Ministerio de Transportes anuncia un estudio de alternativas para buscar otro itinerario en la salida Sur.
Tren a Bouzas
Ya es motivo de discordia política ahora por las diferencias a la hora de diseñar su trazado urbano, pero nadie parece negar su necesidad. Armonizar todas las posturas es difícil.
