En el plazo de cuatro semanas, la actual campaña de vacunación frente a la gripe ha llegado a más mayores que en los cuatro meses que duró la anterior. Lo que, año tras año, no conseguían los mensajes de concienciación lanzados por las autoridades sanitarias lo está logrando la pandemia. El temor a que se solapen ambas infecciones ha disparado la demanda. Según los datos del Sergas, el 8 de noviembre ya había 68.549 personas con más de 65 años inmunizadas en el área. Son 1.661 más que en la anterior. Y no termina hasta el 31 de diciembre.
Como la población de más de 65 años también ha aumentado en el área viguesa, estas casi 69.000 dosis administradas cubren al 55,22% de este colectivo de riesgo, mientras que las 66.888 administradas el año pasado alcanzaron al 56,28%. En la segunda semana de la actual campaña se llegaron a administrar 23.412 vacunas, pero el ritmo se ha decelerado en las dos siguientes: bajó a 17.749 en la tercera y a 12.776 en la cuarta.
Vigo siempre ha estado a la cola de Galicia en la vacunación frente a la gripe. El miedo ante la pandemia ha hecho que abandone este farolillo rojo y se coloque en cuarto lugar de cobertura a mayores, por delante de Pontevedra, Ferrol y A Coruña.
Las estimaciones de la Administración en la compra de dosis se ha quedado corta ante el aumento del interés de la población. En la actualidad, los centros de salud ya disponen de vacunas para todas las edades, tras agotarse durante varias semanas las de menores de 65 años. Sin embargo, ante la escasez de dosis, los facultativos siguen posponiendo la vacunación de aquellas personas que no pertenecen a grupos de riesgo. Algunos de los usuarios a los que han recomendado llamar “a partir de diciembre”, son personas a los que su médico considera que sería conveniente inmunizar, como segundos cuidadores de dependientes. Pero, ante las dudas sobre si habrá vacunas para todos, es necesario priorizar a aquellas que más se beneficiarán de la inmunización.
¿Qué colectivos integran los grupos de riesgo? Personas de más de 65 años; usuarios de residencias; embarazadas y las que han sido madres en los últimos 6 meses; menores de 6 meses a 18 años con tratamientos prolongados de ácido acetilsalicílico; prematuros de 6 meses a 2 años; y personas con patologías de riesgo. También los sanitarios, incluidos los que estén en prácticas; los trabajadores de geriátricos o centros de atención a crónicos; los cuidadores a domicilio de mayores o pacientes de riesgo; y los profesionales de servicios esenciales; entre otros.
