Vigo cumplió ayer una semana ya desde el inicio de las restricciones, con el cierre total de la hostelería salvo para servicio a domicilio y de recogida, el sistema de “almendra” en torno a la ciudad que solo permite la libre movilidad entre municipios con frontera con la urbe y (aunque esto ya lleva más de una semana establecido) el toque de queda que impide la presencia en la vía pública entre las 23.00 y 6.00 salvo motivos justificados. Pero, al menos de momento, estas medidas parece que no están surtiendo efecto en cuanto a la incidencia del virus en el área y su entorno. Y es que en el balance presentado ayer por la Consellería de Sanidade, se volvieron a superar los doscientos diagnósticos en un solo día, concretamente hubo 214. Es la cuarta vez en esta segunda ola del coronavirus que se superan los dos centenares de positivos por PCR en una única jornada. Esto provoca que se haya llegado a rozar uno de los picos máximos por Covid-19 en el área sanitaria de Vigo y ahora hay 2.508, doblando prácticamente el pico máximo alcanzado en la primera fase de la pandemia.

El problema, además, es que el nivel de positividad en las aproximadamente 2.000 pruebas PCR que se realizan a diario continúa siendo muy elevado. Ayer, por ejemplo, fue del 11%. En el semáforo de alertas planteado por la Consellería de Sanidade, los principales cambios se dieron en la comarca del Baixo Miño. A Guarda, que estaba en emergencia máxima, bajó al segundo nivel, mientras que Tomiño está ahora en el nivel máximo. La alcaldesa de este municipio, Sandra González, asegura que “se veía venir” porque los casos fueron aumentando en los últimos días, especialmente debido a brotes familiares con muchos contactos estrechos.

La directora de Salud Pública de Galicia, Carmen Durán, calificaba el pasado viernes la situación epidemiológica en el área sanitaria de Vigo como “preocupante”, y los datos así lo confirman. Porque a diferencia de otras áreas sanitarias, no se está consiguiendo mejorar pese a las medidas restrictivas, que el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, ya ha avanzado que no hay previsión de levantarlas antes de lo previsto, es decir, se mantendrá el cierre de la hostelería y la limitación de la movilidad en los municipios con restricciones hasta al menos principios de diciembre.

Según apuntan distintas fuentes sanitarias, en la ciudad de Vigo preocupan en la actualidad, además de los contagios en el ámbito familiar, los espacios cerrados como supermercados o centros comerciales, donde en ocasiones se pueden apreciar aglomeraciones y la ventilación no es siempre la adecuada. También preocupan, según apunta algún facultativo de Atención Primaria, las imágenes de autobuses urbanos desbordados de personas en horas punta que se han podido ver esta semana en la ciudad, que son situaciones en las que el virus se podría transmitir de forma muy sencilla. Por eso los profesionales piden más control de aforo tanto en autobuses como en supermercados y centros comerciales, entre otros.

En términos municipales, el comité de seguimiento del Covid celebrado ayer por la mañana resolvió requerir a la Xunta la prórroga, al menos de tres meses, del servicio de ayuda en el hogar “que prevé dejar de prestar a partir del 30 de noviembre”. El Concello tiene dadas de alta a 127 familias en este programa, muchas de ellas en situaciones límite dado que son personas mayores o enfermas pendientes de valorar su grado de dependencia por lo que, sin este servicio, “quedarían absolutamente desprotegidas”. Ese es el caso, apunta el Ayuntamiento, de una familia de cuatro personas (todas positivas por Covid), con tres menores, uno de ellos un bebé y otro con discapacidad que, dada su situación sanitaria, no tienen movilidad alguna para realizar tareas básicas de alimentación o de limpieza. El gobierno local asegura que hace ya diez días que envió una carta a la Consellería de Política Social para urgirle la prórroga inmediata del servicio, “sin obtener respuesta alguna”.

Al respecto, la Xunta señala que el Concello “tiene capacidad para atender casos urgentes, aunque no tenga una valoración de dependencia, a través del servicio de ayuda en el hogar de libre concurrencia”. “Se trata de un servicio de competencia municipal que cofinancia la Xunta de Galicia. Nos llama la atención esta reclamación cuando el año pasado el Concello redujo en un 36% el total de horas de este servicio”, apunta la delegada del gobierno gallego en Vigo, Marta Fernández-Tapias. En relación al servicio de ayuda en el hogar de personas con dependencia, recuerda que la entidad local “deja sin ejecutar 1.600 horas al mes”.