Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La churrería que abrió en Vigo cuando Galicia cerró

Una familia de Lavadores inauguró un negocio en la calle peatonal de O Calvario cuando comenzaron las restricciones en hostelería

Colas para coger chocolate con churros y cafés en la nueva churrería de O Calvario | // JOSÉ LORES

Hay familias valientes, a los que el Covid no ha conseguido doblegar. Una de ellas es la de Raúl Mosquera, que junto a su mujer y su hija, tenían antes del inicio de la pandemia una churrería en la céntrica calle El Carmen. Antes del confinamiento, esta familia de Lavadores tenía apalabrado abrir un nuevo local en Cesáreo González, en Coia, y el encierro obligado para detener la transmisión del virus truncó los planes de estos emprendedores. Con toda la maquinaria comprada para el nuevo establecimiento, con una inversión de decenas de miles de euros, se vieron completamente en la estacada. Pero cuando comenzó la desescalada y se permitió la apertura parcial de la hostelería, no lo dudaron. Abrieron con servicio de mesa, reparto a domicilio y take away.

Con estos dos locales se convirtieron en uno de los principales proveedores de oficinas y familias de cafés y chocolate con churros a domicilio. Y además de tener una red propia de repartidores incluso se sumaron a la plataforma Just Eat. Pero sus planes de expansión en plena pandemia no se quedaron ahí. En plena peatonal de O Calvario, la calle más transitada de la ciudad, una cervecería cerró a causa de las pérdidas motivadas por el Covid. Raúl Mosquera vio ahí una nueva oportunidad: abrir en una zona de movimiento constante de familias, mayores y jóvenes. Por eso se la jugó, pese a tener un alquiler considerablemente elevado y endeudarse en más de setenta mil euros, decidió abrir con los mismos servicios que en sus dos otras churrerías.

“Nosotros no somos una cafetería el uso. Aquí la gente no viene a tomarse una cerveza y ver un partido"

decoration

Lo tenía todo preparado, las mesas, la barra, los trabajadores… y dos días antes de la apertura, prevista para el sábado 7 de noviembre, la Xunta de Galicia decretó el cierre general de la hostelería en decenas de Concellos, entre ellos Vigo, y restricciones de movilidad por toda Galicia. Estas medidas comenzarían justo el día que Raúl Mosquera iba a abrir su nuevo local.

“El anuncio nos cogió desprevenidos, y hubo momento de dudas”, reconoce Mosquera. Pero finalmente, con toda la inversión ya realizada, decidieron abrir en el único formato permitido: con servicio de take away y reparto a domicilio. Pero al reducir el nivel de trabajo, no pudo contratar a todos los empleados que tenía ya apalabrados y buena parte de su plantilla, de las tres churrerías, se encuentra en el paro. La situación le obligó a cerrar su establecimiento en la calle El Carmen y quedarse con los otros dos locales. Y el nuevo, el de O Calvario, está funcionando a toda velocidad pese a las restricciones.

Finalmente, con toda la inversión ya realizada, decidieron abrir en el único formato permitido: con servicio de take away y reparto a domicilio

“Nosotros no somos una cafetería el uso. Aquí la gente no viene a tomarse una cerveza y ver un partido. Nuestro perfil son sobre todo abuelos con nietos o padres con hijos que se paran a tomar un café, a desayunar o a merendar. Y ahora, en vez de tomárselo aquí, se lo llevan para tomar en casa o en la oficina”, explica Raúl Mosquera.

El plan, cuando las cosas vuelvan a la normalidad, es recuperar a los empleados que están en el paro, volver a poner el servicio de mesas y seguir también con este formato de recogida en el local y servicio a domicilio, que les está ayudando a mantenerse. “Somos las únicas churrerías de Vigo que hacen sus churros con aceite oliva virgen extra, y eso los clientes lo notan”, asegura Raúl Mosquera. Están ubicados en un local maldito, en el que cerraron dos cafeterías en apenas dos años. Pero esta batalladora familia espera acabar con esa maldición.

Compartir el artículo

stats