Una mujer aceptó ayer una pena de año y medio de prisión por hacerse con varias cartas y correos electrónicos de su exmarido que contenían información económica y financiera para emplearlas y salir beneficiada en su proceso de divorcio.

Concretamente, y según pudo saber este periódico, la mujer fue condenada por su propia conformidad –aceptando y reconocimiento los hechos por los que se le acusaba– por un delito de descubrimiento y revelación de secretos a un año de prisión y una multa de 2.160 euros así como un delito de intrusismo informático a otros seis meses de prisión y 3.000 euros por el daño moral causado.

Tal y como se recoge en los escritos de acusación, la acusada “por el ánimo de invadir la esfera personal e íntima de su marido”, hizo suyas “sin su autorización ni conocimiento”, cartas personalmente dirigidas a su ya exmarido, las cuales contenían los movimientos y gastos de la tarjeta de crédito personal así como el extracto de la cuenta. La acusada presentó estos documentos a la casa de su divorcio contencioso con el fin de “obtener un beneficio en el procedimiento”.