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El desplome del turismo golpea a Vigo en menor medida que a Santiago y A Coruña

Las pernoctaciones cayeron menos de la mitad en verano frente al 60% en Compostela, Lugo y la ciudad herculina | El tirón de Cíes y la menor dependencia del turismo extranjero, claves

Turistas en Vigo ante la Colegiata Marta G. Brea

En abril, en pleno confinamiento, con los negocios cerrados, las persianas bajadas y las calles vacías, los hoteles miraban los meses de verano llenos de dudas. Ahora, con la temporada ya liquidada, toca hacer balance. Y para afrontar ese análisis el INE ofrece una perspectiva valiosa. Los datos que acaba de publicar el observatorio estadístico muestran que –como esperaba el propio sector– la estación ha estado marcada por la pandemia, con un desplome de actividad de cerca del 50%. Eso sí, el varapalo no ha sido tan profundo ni de tanto calado como en otras ciudades de Galicia. Frente al descenso de pernoctaciones del 47% anotado en Vigo, Lugo sufrió una caída del 58%, A Coruña del 59% y Santiago del 63%. Entre las principales urbes gallegas documentadas por el INE, solo Ourense anotó un descenso menor, del 45%, aunque con un volumen de turistas bastante inferior al que se maneja en Vigo.

Los datos publicados ayer por el observatorio estatal muestran que entre julio y septiembre se alojaron en los hoteles, hostales y pensiones de la ciudad cerca de 62.800 viajeros que pagaron por 169.000 pernoctaciones. Suponen descensos, respectivamente, del 53,5 y 46,8%. Son caídas pronunciadas, pero reflejan que el efecto de la pandemia ha sido en Vigo más suave que en Santiago, por ejemplo, donde, con 103.000 viajeros y 191.000 pernoctaciones, se anotaron desplomes que rondan el 63%. En A Coruña se registraron 66.200 visitantes (-55,7%) y 147.300 noches contratadas (-58,9%), menos que en Vigo.

El desplome del turismo golpea a Vigo en menor medida que a Santiago y A Coruña | SIMÓN ESPINOSA

La diferencia se explica en gran medida por el turismo extranjero, el más afectado por el Covid-19 y del que Vigo, a diferencia principalmente de Santiago, tiene una baja dependencia. A lo largo del verano en los hoteles de Vigo se hospedaron 10.600 viajeros llegados de fuera de España, apenas el 17% del total. En 2019 fueron 44.700 (33%), con lo que la caída rondó el 76%. En Santiago el descenso fue del 87%. De representar el 45% de la demanda en 2019 pasó, este verano, a suponer el 16%. En A Coruña la caída rozó el 81% y su huella sobre el balance total se vio igualmente desdibujada: de acaparar el 24% en el verano de 2019, el mercado extranjero pasó a representar apenas el 10%.

El descenso de la demanda procedente de fuera de España se debe principalmente a las restricciones, el “pinchazo” del mercado y las propias limitaciones para moverse entre países. A finales de agosto Vueling, por ejemplo, anunció su decisión de suspender al menos hasta el próximo año su conexión con Londres. Ante la incertidumbre generada por el Covid-19 y el desplome de la demanda, Air Nostrum optaba también a principios de verano por suspender la operativa que tenía prevista en Peinador, que incluía una conexión con París.

En el caso de A Coruña uno de los factores que jugó en contra de la demanda fueron los contagios del Fuenlabrada. Vigo centró parte de su estrategia en incidir en sus espacios abiertos, las playas y las Cíes, que se consolidaron como uno de los grandes atractivos turísticos de Galicia pese al Covid. La evolución de la demanda fue similar en septiembre, último mes documentado por el INE, cuando Vigo anotó 17.300 visitantes y 45.200 pernoctaciones, lo que representa descensos del 59 y 51%, respectivamente.

El INE registra 150 trabajadores menos en el sector que en 2019

El mazazo del Covid-19 en el turismo se mide en visitantes y pernoctaciones, pero también en empleo. En septiembre el INE registraba en Vigo 434 trabajadores en los alojamientos de la ciudad, 148 menos que en el mismo mes de 2019. Otro de los indicadores en los que también se deja sentir la sombra de la pandemia es el número de establecimientos abiertos: de 74 en septiembre de 2019 se pasó, el mes pasado, a 66, lo que se traduce en unas 250 plazas menos. El sector encara un noviembre marcado por los rebrotes, que, apuntan desde el sector, han frenado incluso las reservas para la campaña de Navidad.

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