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“La parroquia debe distinguirse por ser misionera”

Alfredo García es sacerdote del templo del Corazón de María, que celebra los 50 años

Alfredo García, ayer, ante la iglesia del Corazón de María. | // R. GROBAS

Los calendarios marcaban el año 1970. Vigo ya no solo era la zona centro: se extendía por Teis, Coia o Praza de España. Como si de un ser humano se tratase, estiraba sus extremidades para hacerse más grande. Con el propósito de lograr una mayor cercanía a los fieles, el obispo José Delicado Baeza, recién llegado a la Diócesis, decidió remodelar el mapa pastoral de la ciudad y surgieron 14 parroquias a la vez: San Juan de Ávila, Santo Cura de Ars, Sampaio de Lavadores, Santa Teresa de Jesús, Santa Lucía, Nuestra Señora de la Soledad, Nuestra Señora del Rocío, San Pablo, el Carmen, el Perpetuo Socorro, María Auxiliadora, San Francisco Javier, Madre del Buen Pastor y Corazón de María. Este acontecimiento derivó en la necesidad de levantar nuevos templos y complejos parroquiales, algunos de los cuales han supuesto una considerable aportación arquitectónica al paisaje urbano.

Para conmemorar el cincuentenario de la creación de estas parroquias, la Diócesis ha organizado una eucaristía el próximo 29 de octubre a las 20.00 horas en la concatedral-basílica de Santa María –conocida popularmente como la Colegiata–. Estará presidida por el obispo, Luis Quinteiro Fiuza, y acudirán los 14 párrocos de esas comunidades. Entre ellos, Alfredo García Fernández (Nembra, Aller, Asturias; 1947), del Corazón de María. A sus espaldas, dos etapas al frente del templo: entre 2000 y 2003 y desde 2013 hasta hoy día. En medio, el destino lo llevó a Gijón y a Madrid a continuar su vocación, que canaliza a través de la congregación de los Misioneros Claretianos. Mañana sábado el templo de la calle Honduras albergará dos eucaristías: coincide el 150 aniversario del fallecimiento de San Antonio María Claret, fundador de la congregación, con la finalización de los actos del 50 aniversario, que se desarrollan desde octubre de 2019 y que, además de celebrarse de forma conjunta, lo hace cada parroquia olívica en diferentes fechas.

“Antes de la pandemia, habíamos pensando en hacer una comida a mediodía tras una eucaristía, pero no va a poder ser por las restricciones, por lo que solo habrá celebraciones litúrgicas”, detallaba ayer a FARO García Fernández, cuya parroquia arropa a unos 7.000 feligreses del barrio de Casablanca y alrededores. Al templo acuden cada fin de semana unas 400 personas, la mitad con respecto a la era pre-Covid-19. “Asisten, sobre todo, personas mayores, pero también hay un grupo de gente de mediana edad que se muestra participativa; esperemos que sea el futuro”, indicaba el párroco antes de hacer un llamamiento a la juventud. “Les diría que el fundamento de una parroquia es la persona de Jesucristo y el Evangelio, que traslada un mensaje de solidaridad y de construcción de algo nuevo, aspectos muy necesarios. Dios los acogerá y nosotros los esperamos”, anotaba.

Y es que uno de los objetivos de la conmemoración de las bodas de oro no es solo “dar las gracias”, sino también “plantear retos”. El sacerdote del Corazón de María tiene claro que uno de los pilares de la parroquia debe ser “estar cerca” de los más necesitados y “distinguirse por ser misionera”, así como “seguir anunciando” el mensaje cristiano “con respeto y serenidad” en una sociedad que, “aparentemente, le da la espalda”: “Hay que idear métodos nuevos: que el encuentro con el Señor continúe siendo lo primero, pero pensar en celebraciones renovadas”. Como ejemplos, señalaba la retransmisión de las eucaristías por YouTube –ya lo hace la parroquia a través de su canal– o las reuniones organizadas en el templo por la delegación de Pastoral Juvenil, a las que acuden decenas de jóvenes cada semana “para encontrarse con Dios, intercambiar reflexiones, orar o escuchar canciones”. “También renovaremos la web y le daremos más importancia a la página de Facebook”, manifestaba.

Ayuda en el confinamiento

García Fernández recordaba que, durante el confinamiento, la acción de la parroquia continuó a través de llamadas telefónicas para acompañar a los mayores o de la ayuda social destinada a los más necesitados, que, a causa de la crisis económica, cada vez son más: “Seguimos apoyando a gente que perdió el trabajo por la situación”.

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