La cesión de una vivienda por amistad les está provocando más de un quebradero de cabeza a un matrimonio vigués. Después de quedarse en paro a consecuencia del coronavirus, Nuria y Miguel necesitaban mudarse a su vivienda de Fonte Escura –entre Cabral y Candeán–, por lo que pidieron a sus amigos o bien un alquiler o que abandonasen el domicilio. Ninguna de las dos situaciones pasó, si no quizás una tercera más “inverosímil”: fueron denunciados por sus okupas por supuestas amenazas.

Los hechos habrían ocurrido el pasado 4 de agosto, cuando la pareja acudió hasta su domicilio para tratar de recoger enseres y juguetes de su hija que guardaban en la casa okupada. Las versiones de lo ocurrido aportadas por el denunciante y denunciados son totalmente discrepantes.

El actual morador de la casa, entonces pareja de la amiga del matrimonio a la que éste cedió la vivienda, asegura que los propietarios –no dudó en reconocer que la pareja denunciada era la dueña de la casa y que no les pagaban por residir en ella–, acudieron al domicilio “como locos” y pidieron entrar dentro. “Mi novia lo vio como locos, como si tuviesen síndrome de abstinencia, y nos insultaron. Luego Nuria nos dice que nos va a pillar por la calle, que nos va a matar el perro, que nos va a quemar el coche... No avisé a la Policía porque no pensé que fueran a llegar a esto”, relató.

Por su parte, el matrimonio negó “absolutamente” estas acusaciones. “Le llamé sinvergüenza o desagradecido, pero no lo amenacé”, narró Nuria. “Es todo mentira, nosotros le cedemos hace año y medio la vivienda temporalmente mientras se recuperaban económicamente. Tras quedarnos sin trabajo le planteamos el cobrar y nos dijeron que no, que no tenían dinero”, lamentó la mujer.

El matrimonio reivindicó su única necesidad de “recuperar” su casa y su vida. “Tenemos todas nuestras cosas allí, que reconociese que es de nuestra propiedad es un paso”, afirman.