La reforma de Porta do Sol encara una nueva fase para convertirse en la gran plaza urbana de la que Vigo -a diferencia de otras ciudades vecinas, como A Coruña, Santiago y Oporto o también Madrid o Barcelona- carece ahora. El alcalde, Abel Caballero, apuntó ayer que los operarios acaban de recibir la maquinaria para el "grueso" de los trabajos de humanización.
"Esta obra va a marcar Vigo históricamente para bien, la ciudad tendrá la plaza que nunca tuvo", destacó tras visitar la zona con la presidenta de la Diputación, Carmela Silva; el delegado del Consorcio Zona Franca, David Regades; y el edil de Fomento, Javier Pardo.
Caballero recalcó que la peatonalización que se ha logrado ya con el desvío de tráfico "está funcionando muy bien", pero reivindicó la necesidad del túnel para acortar tiempos en los trayectos que hasta ahora pasaban por Porta do Sol.
Según apuntó, el desvío de los buses "generaría un caos y cada persona perdería un cuarto de hora si tiene que dar un rodeo" . El subterráneo -recordó- enlazará Policarpo Sanz con Elduayen y ayudará a crear 8.000 m2 de espacio público peatonal con zonas vedes, elementos singulares y una rampa mecánica en la calle Carral.
Además de las obras en la plaza, Caballero recordó que se ha realizado una inspección de los edificios para colocar testigos en las grietas. Sobre las señales de Príncipe para evitar aglomeraciones, el alcalde avanzó que se repintarán con flechas y mensajes informativos en el suelo, medida que se extenderá al Calvario y parte de Urzáiz.
