El prestigioso abogado y economista Alberto Varela Grandal falleció ayer a los 100 años de edad. Con una prestigiosa y reconocida trayectoria profesional que desempeñó hasta hace pocos años, con su muerte se va una persona que fue testigo de excepción del último siglo en Vigo. Aunque nació en Ferrol el 16 de julio de 1920, ya desde muy pequeño residió en la urbe olívica, donde se casó en 1960 con Concepción Conde Solá, con la que tuvo cuatro hijos. Doctor en Derecho, llegó a ser, durante un corto mandato en la década de los 60, alcalde de Vigo. La misa, que deberá acomodarse a las condiciones sanitarias vigentes por el Covid-19 con un aforo máximo de 50 personas, será hoy, a las 12.00 horas, en la capilla del tanatorio de Emorvisa (Pereiró), tras la que se procederá a su incineración.

Hijo de madre gallega y de padre vasco y de profesión militar, Varela Grandal nació en Ferrol, pero con solo dos años se vino para Vigo, al ser trasladado su progenitor a la base naval de Ríos. Cursó enseñanza primaria en el colegio franco-español de calle Areal y, tras el bachillerato y cursar también estudios de alemán, en la Escuela Central Superior de Comercio de Madrid y en la Universidad de Santiago obtuvo los títulos de Intendente Mercantil y licenciado en Derecho. Aprobó los cursos del Grado de Doctor en las facultades de Derecho y de Ciencias Económicas y Empresariales. Por oposición obtuvo el título de Censor Jurado de Cuentas y su ingreso en el Cuerpo de Interventores de Empresas del Instituto Nacional de Previsión.

Pasión por la abogacía

Su pasión fue la abogacía y de hecho en 2014 relataba a FARO que seguía ejerciendo la profesión. "Siempre fui de mucha disciplina laboral y muchas horas de trabajo. Mis dos pasiones han sido la abogacía y la familia", confesaba entonces. También fue profesor de Hacienda y Contabilidad Pública, economista para Galicia del Banco de Crédito Industrial, así como asesor jurídico de la Delegación Provincial de Sindicatos y de los consulados de Francia y Alemania. Teniente de alcalde del Concello de Vigo en los 60, la muerte súbita del regidor Salvador de Ponte le llevó a ese cargo cuatro meses.

Comendador de la Orden del Mérito Civi, recibió la Cruz distinguida de 1ª Clase de San Raimundo de Peñafort y fue Académico Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y de Honor de la Academia gallega. Entre los casos en los que intervino como abogado, el del petrolero Polycomander que colisionó en las Cíes. Tras los actos fúnebres de hoy, los funerales se oficiarán cuando las circunstancias sanitarias lo permitan.