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La UVigo identifica 8 variantes genéticas vinculadas a la hipertensión arterial pulmonar

El grupo de enfermedades raras de Diana Valverde determinó su carácter patogénico - Los resultados, clave para nuevos tratamientos

Diana Valverde, con parte de su equipo: Mauro Lago, Natalia González y Carlos López. // Marta G. Brea

Las enfermedades raras afectan a un pequeño porcentaje de la población y concitan menos esfuerzos investigadores y de financiación que otras dolencias, de ahí que el daño que causan sea aún más devastador. La profesora Diana Valverde dirige uno de los pocos grupos españoles enfocados a estas patologías. Su última aportación está relacionada con la identificación de ocho variantes genéticas claramente vinculadas a la hipertensión arterial pulmonar (HAP) y que permitirán definir nuevos tratamientos más eficaces.

La revista Scientific Reports del grupo Nature acaba de publicar los resultados de este estudio "fruto del esfuerzo común" y desarrollado por la UVigo en colaboración con el Registro Español de HAP, el Instituto de Genética Médica y Molecular del Hospital Universitario La Paz y expertos del 12 de Octubre.

La HAP afecta en España a más de 16 adultos por millón de habitantes. Se caracteriza por una presión arterial anormalmente elevada en las arterias entre el corazón y los pulmones. El flujo de sangre se reduce y obliga al ventrículo derecho del corazón a un sobreesfuerzo que puede desembocar en fallos cardiacos. Su diagnóstico es muy complejo y, a pesar de los avances, el 43% de los pacientes fallecen a los 5 años.

El grupo vigués analizó 11 mutaciones del gen ABCC8, cuya vinculación a esta enfermedad rara es reciente. Pudo determinar que 8 de ellas eran "claramente patogénicas" y estaban implicadas en el funcionamiento de la proteína BMPR2, cuya actividad anómala causa la HAP.

"Se ha visto que este gen está relacionado con el hiperinsulismo y la diabetes mellitus, pero todavía no se conoce el mecanismo por el que se produce la hipertensión arterial pulmonar. Hoy en día, el máximo problema es saber si las variaciones tienen implicación en la proteína BMPR2, que es muy grande y compleja. Y ocho de ellas la tienen de forma clara", explica Valverde.

El estudio se basó en las muestras de 624 pacientes -579 adultos y 45 pediátricos-, así como de 120 familiares. Once presentaban mutaciones y cinco de ellos eran idiopáticos -con causa desconocido de la enfermedad-. La media de edad de estos afectados fue de 34 años.

El grupo nacional que elabora el registro nacional de pacientes halló las 11 mutaciones. Y el trabajo desarrollado en Vigo, que conforma parte de la tesis en marcha de Mauro Lago Docampo, utilizó "distintos abordajes" para determinar su posible vinculación a la HAP.

En los laboratorios del campus se utilizaron modelos celulares para estudiar las mutaciones in vivo y también se llevó a cabo el modelaje informático tridimensional de las proteínas para ver los efectos de dichas variaciones.

"Estamos trabajando para intentar correlacionar el funcionamiento molecular con la clínica de los pacientes. A partir de estas variantes es posible identificar alguna ruta o mecanismo que esté alterado y reparar o mejorar el daño con nuevas terapias", destaca Valverde sobre las siguientes etapas del estudio.

Los resultados obtenidos con la cohorte de pacientes españoles también han sido descritos en otros países, aunque la forma en la que se produce la HAP sigue siendo una incógnita.

"Patología muy compleja"

La experta viguesa conoce muy bien los retos que plantea esta enfermedad, sobre que estudia desde hace más de una década. "Su mortalidad es altísima y poco a poco vamos conociendo más alternativas terapéuticas. Pero es una patología muy compleja. Si echamos la vista atrás, hemos aportado nuestro granito de arena para entender cómo es su fisiopatología".

"Los medicamentos que se plantean para dolencias con una base molecular conocida tienen más financiación para su estudio. Por eso todas las aportaciones sobre las enfermedades raras son muy importantes. Hay muchos fármacos que ya están en el mercado y que podrían tener un nuevo uso", plantea.

La colaboración entre grupos y disciplinas es básica en este tipo de estudios y el laboratorio de Valverde mantiene una amplia red de contactos nacionales e internacionales. En estos momentos, por ejemplo, desarrollan estudios funcionales para otros genes identificados en HAP en colaboración con Nick Morrell, de la Universidad de Cambridge.

"Desde este rincón también se puede hacer investigación. Solo hace falta perder el miedo a buscar apoyos y estar en el panorama internacional. Da gusto trabajar con esta interacción entre grupos", defiende.

Además de la HAP, su equipo de enfermedades raras investiga de forma casi exclusiva en España nuevos mecanismos y mutaciones en otras ciliopatías como los síndromes de Bardet-Biedl y Alström. Sobre este último, Valverde acaba de participar en la elaboración de una guía clínica. Ella se ocupó de la parte relacionada con el diagnóstico, que es muy complejo, y el documento fue publicado en el número de septiembre de Orphanete Journal of Rare Diseases.

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