Pasaron tres años pero para parece que fue ayer. Porque las cenizas, nunca mejor dicho, siguen estando ahí. Los incendios de octubre de 2017 destruyeron 566 hectáreas, concretamente un tercio de los montes periurbanos de Vigo, y arrasaron casi por completo con los terrenos comunales de Coruxo, San Andrés de Comesaña, Matamá, Valladares y, parcialmente, Zamáns. Ayer concretamente se cumplió el tercer aniversario de esa fatídica jornada, y el Concello de Vigo y los comuneros quisieron recordar y homenajear a todos los que tanto perdieron pero también que tanto lucharon por acabar con el fuego.

Así, en los montes de Matamá se descubrió una placa conmemorativa en la que también estuvo presente el alcalde, Abel Caballero, junto a representantes de las distintas comunidades de montes de la ciudad, en un acto que estuvo limitado por las restricciones que se pusieron ayer en marcha, con las limitaciones de diez personas en las reuniones y encuentros sociales.

"Aquel 15 de octubre de 2017 fue un momento dramático de la ciudad, fuimos quien de hacer frente al fuego con nuestros propios medios. En doce horas conseguimos acabar con el fuego, y solos, porque la Xunta no envió ninguna ayuda. Por eso este acto conmemorativo está dedicado a bomberos, comunidades de montes y particulares que tanto ayudaron en aquel momento", aseguró el alcalde.

Ahora, el objetivo de todos es que algo así no se vuelva a repetir en la ciudad. Por eso el presidente de la Mancomunidad de Montes de Vigo, Uxío González, reclama a las administraciones celeridad, especialmente para la puesta en marcha del famoso anillo verde (cortafuegos natural planteado por el Ayuntamiento olívico), que está parado y que los comuneros lamentan que no se haya producido ningún avance. "Evidentemente es necesario superar el atasco administrativo y, al mismo tiempo, es necesario racionalizar el proyecto y buscar puntos de conexión con las nuevas medidas de mantenimiento de franjas de seguridad junto a las zonas urbanas", apunta la Mancomunidad. Su presidente insiste además en que es necesario que la Xunta ponga en marcha lo antes posible la franja de defensa pasiva "y que se ponga de acuerdo cuanto antes con el Ayuntamiento para el anillo verde".

El problema, advierten los comuneros, es que "muchas fincas particulares se encuentran en un estado de absoluto abandono, sin desbroce y llenas de maleza". "Al ser monte privado es un problema, y además en muchas ocasiones no sabemos quién es el propietario", afirma Uxío González. Los comuneros advierten que sigue habiendo viales "llenos de eucaliptos", y los terrenos entre los que son propiedad de las comunidades de montes y las casas están llenos, en muchos casos, de especies pirófilas, es decir, que arden con mucha facilidad.

La Mancomunidad de Montes de Vigo cuenta con una subvención de 145.000 euros para contratar personal a través del Plan de Empleo del Concello, con el objetivo de mantener el monte y hacer tareas de prevención de incendios. Lleva operativo desde 2012 y permite disponer de una cuadrilla de refuerzo durante seis o siete meses. Ahora se está solicitando más recursos porque los comuneros aseguran que no se dan cubierto las necesidades derivadas de las más de quinientas hectáreas quemadas.