La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Pontevedra, con sede en Vigo, ha absuelto a un padre que se enfrentaba a 11 años de cárcel por abusar presuntamente de su hija de 5 años. El hombre negó los hechos y el tribunal concluye que la prueba practicada "no es suficiente" para una condena. A la menor se le diagnosticó un leve eritema en la zona genital, pero no quedó acreditado que se lo causase su progenitor.

Una cuestión que llama la atención de este caso, al ser un hecho inaudito, es que los magistrados no pudieron valorar la prueba clave y esencial, el testimonio de la menor, a través de la grabación que se hizo en fase de instrucción como prueba preconstituida. Y ello porque la reproducción de ese vídeo fue "imposible". Además de ser "inaudible", su visualización era "muy deficiente", impidiendo percibir las reacciones de la niña durante su declaración. La sala llega a mostrar su "extrañeza" en el propio fallo por el hecho de que Fiscalía y acusación particular, ante los "problemas técnicos" que la grabación arrastraba desde el inicio de la investigación, no propusiese la declaración de la menor en la propia sala, "que pudo llevarse a cabo con las prevenciones necesarias para proteger su incolumidad psíquica".

Al no tener la prueba fundamental, solo pudieron valorar los "meros" testimonios de referencia de familiares y las periciales, con "escasa consistencia probatoria". Lo relatado por la niña a su madre y abuela no es compatible con la vulvitis que tenía y en una grabación que le hizo la progenitora observan que la menor da "respuestas sugeridas". Y no se pudo concluir si su relato es creíble.