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El mercado inmobiliario se vuelca en los concellos del área

La pandemia reactivó la adquisición de segundas residencias en concellos turísticos, costeros o "dormitorio" como Nigrán, Moaña o Porriño, mientras que cae un 32% en el casco urbano

Vista de Nigrán, con Praia América en el centro de la imagen. // Marta G. Brea

Más de un alcalde, sobre todo de localidades turísticas, costeras o del rural, constató a lo largo de este año que la pandemia del coronavirus y el confinamiento derivado de este crisis sanitaria provocó un aumento de los empadronamientos en sus municipios y una cierta "fiebre" por las segundas residencias. El objetivo de estos "nuevos vecinos" es "huir" en lo posible de las grandes ciudades y encontrar "refugio" en municipios mucho menos afectados por el Covid. Y no solo se trata de una impresión general o un aumento de los empadronamientos. La búsqueda de segundas residencias aparejada a este nuevo comportamiento de los ciudadanos también se deja notar en los datos oficiales del Ministerio de Transportes y Movilidad sobre compra de viviendas, que demuestran que las transacciones inmobiliarias se han desplomado en la ciudad de Vigo en la primera mitad del año (más de un 32% hasta ahora) pero presentan datos más favorables en zonas rurales, de litoral, en municipios "dormitorio" e incluso en territorios eminentemente turísticos, como Nigrán, Moaña o Salvaterra, por ejemplo.

En estos tres últimos municipios, el inicio de la pandemia no solo no redujo la venta de casas, sino que supuso un aumento considerable. Así, creció un 8% en Moaña, un 7% en Nigrán o un 10% en Salvaterra, si bien es verdad que este aumento se sustenta en los primeros tres meses del año, justo antes del confinamiento. No obstante, el impacto del estado de alarma no perjudicó en exceso a la compra de vivienda en estos territorios y la subida también se constató entre enero y junio de este año en Arbo, Crecente, Fornelos de Montes, Vilaboa y, sobre todo en Porriño, donde se pasó de 89 casas adquiridas en el primer semestre de 2019, a las 105 del mismo periodo de este año, es decir, un 18% de crecimiento.

Además, otros concellos de parecidas características apenas notaron los efectos del Covid en sus mercados inmobiliarios, al registrar descensos, pero suaves. Es el caso de Baiona, Redondela, Mos o Ponteareas, cuya caída oscila entre el 8 y el 16%, más que aceptable en un panorama general de recesión en este mercado. En algunos casos incluso se da la circunstancia de que las ventas durante el estado de alarma fueron similares a las del pasado año y fue el primer trimestre el que penaliza al dato global del semestre. Eso sí, el número de operaciones siempre es muy bajo.

Entre los territorios turísticos de la provincia, la principal excepción al buen comportamiento general la marca sobre todo Sanxenxo, donde el estado de alarma sí causó un desplome en las ventas, con una caída del 37%, similar, e incluso por encima, de la caída registrada en las ciudades gallegas. Tampoco Cangas muestra un comportamiento positivo, con un bajón global similar al de Sanxenxo, mientras A Guarda, Gondomar y Tui ofrecen un escenario aún peor. En el primer municipio el descenso acumulado es del 23,5%, que asciende al 40% en el mercado tudense y se dispara al 55% en Gondomar.

Las principales urbes gallegas no llegan a esos elevados niveles, pero sí presentan datos que no se recordaban desde hace un lustro. Así, Vigo acumula este año, entre enero y junio, un descenso de ventas del 32,5% con respecto al mismo periodo de 2019, una reducción muy similar a la del resto de ciudades. Este recorte fue especialmente drástico durante los tres meses de estado de alarma, desde mediados de marzo hasta finales de junio, tramo en el que hubo apenas 288 transacciones en la ciudad olívica, la mitad que un año antes. En A Coruña el desplome a lo largo del año llega al 26%, y supera el 61% si nos referimos únicamente a la duración del estado de alarma. Solo se vendieron en ese tiempo 260 casas en la urbe herculina, cuatrocientas menos que en el segundo trimestre de 2019.

El panorama es igual de sombrío en la ciudad de Pontevedra, que apenas llega a las 39 operaciones al mes de media, frente a las sesenta mensuales de la primera mitad del año anterior. Santiago ofrece cifras parecidas, con menos de un centenar de transacciones durante todo el estado de alarma, la mitad de lo habitual en circunstancias normales.

Un lustro atrás

Y es que en la mayor parte de las ciudades, 2020 se ha caracterizado hasta ahora por una regresión general que se suma a la crisis que afecta al sector desde hace años y que comenzaba a superar de forma paulatina. La pandemia ha cortado de raíz esta progresión. De hecho, el ritmo de ventas actual vaticina un balance global similar a los de 2014 o 2015, cuando el mercado aún mostraba una significativa parálisis. Así, hace cinco años, en 2016, apenas se vendieron 143 viviendas cada mes en Vigo y actualmente esa media es incluso menor, de 135. Por su parte, en Pontevedra se iguala con aquel ejercicio, en torno a las 40 operaciones mensuales, mientras que en Santiago se baja de 48 a 46 casos cada treinta días. En A Coruña, las 134 compraventas mensuales de hace cinco años suben ligeramente, hasta las 137 de la actualidad

Los datos del Ministerio de Transportes y Movilidad constituyen una estadística censal obtenida a partir de los datos remitidos trimestralmente por la Agencia Notarial de Certificación (ANCERT), que recoge los contratos de compraventa firmados ante notario.

Las casas de segunda mano, las más buscadas

Quizás sea por el precio más asequible o porque ya están, en su mayor parte, listas para su uso, o porque se trata de chalés con finca o jardín acondicionados. Lo cierto es que la segunda mano es lo que impera entre las compraventas de casas. El debate sobre la habitabilidad de los pisos y sus condiciones para un encierro de semanas fue tema de conversación durante el largo confinamiento del estado de alarma y las residencias con espacios amplios al aire libre aparecían como ideales para esos periodos.

Los que está claro es que la vivienda nueva apenas es buscada por los compradores, que en su inmensa mayoría opta por los inmuebles usados. Es un fenómeno generalizado desde que comenzó la crisis del ladrillo y que parece no tener fin, al menos a corto plazo.

Así, en lo que va de año, de las 810 viviendas compradas ante notario en Vigo, solo 37 (menos de un 5%) eran nuevas, un porcentaje algo inferior al 7% de A Coruña y lejos del 14% entre los pisos adquiridos en Pontevedra. Porriño, al igual que en las cifras totales, también destaca en este apartado, ya que tres de cada diez casas adquiridas en ese municipios son nuevas.

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