No vamos a decir aquí eso de "adoro los bares, el alcohol y el tabaco" que aparece en la página 217 de las memorias de Buñuel, pero sí que reivindicamos el arte de cocinar como actividad creativa más antigua y perdurable en la historia del hombre, y por eso frecuentamos los restaurantes. Por ejemplo La Abadía, en Playa América, a donde fui el domingo con el jurisconsulto Nemesio Barxa y su novia Maribel Collazo, y donde Fernando facilitó al primero el goce de una fabada gloriosa de la que dio cuenta a sus más de 80 con el apetito de un zagal, a ella una lubina a la plancha con verduras y a mí unos sabrosos pescaditos. El martes me fui con el teatral Maximino Keyzán al Follas Novas, ahí por Rosalía de Castro, en que unas croquetas de chocos y unos sencillos coruxos puestos en el plato con sus guarniciones con gusto arquitectónico y profesionalidad intachable nos devolvieron a casa agradecidos a la vida. Keyzán anda liado con la escritura de crónicas históricas en tragicomedia, que luego buscarán unas tablas para ser representadas. El miércoles fue diferente porque cené en A Favela ( Canceleiro), para tomar unos pollitos picantones con Jaime "Capitán" y Telmo Domínguez, que nos ilustró con su saber cinematográfico y nos devolvió a casa en su coche en el asiento de atrás, porque delante está reservado para su yorkshire Kiara. Por cierto: el restaurante Follas Novas ocupa el local que hace muchos años inauguró Telmo como club de alterne, el Luigi, antes de abrir el Telmo's.

El fabuloso tonto triste

Dije ayer que el primer premio de los Relatos Vigo Histórico se lo llevó Miguel Cuervo Pérez con el Fabuloso tonto triste y no he podido confirmar pero apuesto con todas las de ganar que no solo debe ser vigués sino el hijo del cirujano plástico Miguel Cuervo Gómez, que de tantas reparaciones corporales o adecentamientos estéticos habrá sido el autor en Vigo, y nieto de "mamá Carmela", Carmen Gómez Orellana, hija a su vez del propietario de la otrora emblemática La Villa de París. Con el relato ganador, El fabuloso tonto triste, Miguel Jr. consigue según el Jurado una obra llena de humor e inteligencia, lo que digo yo que ha acreditado suficientemente en su ya larga experiencia como guionista de importantes programas televisivos. Supongo que le habrá felicitado su tío José Ramón, abogado conversador sobrado de buen humor, que creo que en tiempo libre es tan diestro en la caza como su hermano en los concursos de naipes. Pero de quien hablamos es del hijo y sobrino, al que la editorial Elvira que organiza el premio ya le tuvo como finalista el año pasado.