Velocidad, distracciones y alcohol. Son los grandes caballos de batalla en la lucha para frenar la siniestralidad vial. En cuanto al primero, en la provincia de Pontevedra se están detectando síntomas preocupantes de un incremento en las velocidades a las que se circula en determinadas vías.

"Se detectó un repunte de los excesos de velocidad, especialmente de aquellos más graves que son delito o lo están rozando. No es lo mismo ir a 160 en una autovía que a 120 en una población con un tramo limitado a 50", alertaba en julio el jefe del Subsector de Tráfico de Pontevedra, el capitán Antonio Pérez Piteira. Las estadísticas le dan la razón: según la memoria de la Fiscalía de 2020, con datos de 2019, durante el pasado año ya se venía intuyendo este incremento de los excesos de velocidad más peligrosos, aquellos que se tramitan por la vía penal. En total, se incoaron en los juzgados pontevedreses 15 infracciones de este tipo, frente a las 9 del ejercicio anterior, lo que supone un aumento del 66%.

Hasta ahora estas infracciones eran mínimas, dado que los umbrales fijados para que quebrantar el límite de velocidad sea delito son amplios: una velocidad superior en 60 km/h en vía urbana o en 80 km/h en vía interurbana. Aunque el total de ilícitos no es elevado, los datos indican que cada vez es más frecuente y preocupan por la peligrosidad de este proceder.