El Pleno de Vigo ha aprobado de forma provisional la ordenanza que regula la nueva tarifa del agua con los votos a favor del PSOE, que gobierna con una mayoría de 20 de 27 concejales, y en contra de los ediles de PP, Marea y BNG.

La principal novedad de la nueva tarifa es que se tiene en cuenta el consumo real del agua, con un primer tramo reducido hasta los 18 metros cúbicos por bimestre, y además se introduce el requisito del empadronamiento, aparte de las bonificaciones especiales para 4.000 familias con ingresos reducidos. El concejal de Hacienda, Jaime Aneiros, ha afirmado que con este nuevo sistema se rebajará el precio del agua "para una mayoría" y subirá para quienes hagan consumos intensivos, como riegos de jardines o rellenos de piscinas.

Los grupos de la oposición han tachado de "farsa" y de "burla" el nuevo recibo del agua porque, según sostienen, al final los usuarios acabarán pagando lo mismo, sino más, para que la concesionaria, Aqualia, siga cobrando igual, pues dan por hecho que seguirá prestando este servicio, cuya última prórroga expira este año.

Xabier Igrexas, edil del BNG, ha enfatizado que las cuotas fijas aumentan un 276%, de 7,6 a casi 29 euros, y que al final el ahorro, en caso de no exceder el consumo mínimo de 18 metros cúbicos, se reducirá a 4 céntimos de euros. "No dan ni para un café con este ajuste histórico", ha ironizado.

Rubén Pérez (Marea) se ha quejado de la "opacidad" de las inversiones comprometidas por Aqualia, como el 'Dinoseto' o humanizaciones de calles en las que el saneamiento o el abastecimiento representa un 20% del coste total, y ha asegurado que esta empresa es "la única que gana" con la nueva tarifa. Alfonso Marnotes (PP) ha hablado de una "renovación tácita" del contrato de Aqualia y ha reprochado la "farsa" del alcalde, Abel Caballero, la misma que interpretó con Vitrasa, la compañía a la que le prorrogó el contrato del servicio de transporte urbano con la excusa de que la pandemia de la Covid echó abajo el proceso de licitación en marcha.

También se ha quedado solo el PSOE en la aprobación provisional de nuevas ordenanzas fiscales sobre reformas, obras u ocupación de vía pública orientadas principalmente a facilitar la apertura de nuevos negocios, según ha destacado el concejal de Hacienda, Jaime Aneiros. Los grupos de la oposición han juzgado insuficientes estas modificaciones de tasas y precios públicos para paliar los efectos de la pandemia del coronavirus, pues no se tocan el IBI o la basura.

Alfonso Marnotes (PP) ha afeado al alcalde sus "propuestas vergonzosas" y que sea "implacable" cobrando impuestos para "acumular remanentes" que "a punto estuvo de entregar" al Gobierno, a la vez que "muy negligente" en el gasto, que "nunca ejecuta".