"En los trabajos corporales se toca mucho". Así resumió ayer los hechos que le sientan en el banquillo de la Sección Quinta de la Audiencia el entrenador y director de un club de Taekwondo en Vigo, acusado de abuso sexual a una menor del equipo durante unas clases especiales que realizó en su propia vivienda. La Fiscalía solicita 5 años de prisión, 8 de inhabilitación para cualquier tipo de docencia, 8 de alejamiento de la niña, que tenía 15 años, y que la indemnice en 6.000 euros por daños morales.

El acusado negó motivación sexual alguna en los tocamientos a la niña, a la que preparaba en la modalidad de taekwondo acrobático y a la que convocó a clases especiales para mejorar su expresividad. Justificó los contactos porque eran "trabajos corporales "e incidió en que: "Es fácil confundirlos para los que no conocen la disciplina". Negó haberse excitado sexualmente durante los masajes y alegó que, por una lesión tomaba una medicación que reduce la libido.

Reconoció que, en treinta años de profesión: "Es la primera vez que aconsejo a una alumna que se quite el sujetador para soltar todo lo que pudiera comprimir. Era un caso excepcional, estaba bloqueada, no evolucionaba en su expresividad, no quedaban más ejercicios qué hacer, lo agoté todo. Se quitó el sujetador delante de mi, pero no le di importancia, se hace a menudo entre deportistas". El acusado admitió que le puso la mano por encima de la camiseta, en el vientre y los pectorales "para guiarle la respiración" y le preguntó por su vida sexual para desbloquearla. "No intenté una provocación sexual ", manifestó, aunque reconoció que esos ejercicios no los hizo con ningún otro deportista del club porque "no les hacía falta". En su opinión la menor se sentía relegada porque venían cadetes que eran mejores que ella.

La versión del acusado, que asumió la clase de expresividad tras la marcha de un monitor y que pidió a las deportistas "que no contaran a nadie en qué consistían por la importancia del factor sorpresa", fue rebatida por la joven, si bien su declaración tuvo lugar a puerta cerrada.

A raíz de la denuncia presentada por sus padres y la investigación de la causa en instrucción, la Fiscalía sostiene que en octubre y noviembre de 2018 la menor, que acudía desde los 10 años al club de Taekwondo y entrenaba al menos 4 días por semana, fue convocada unas clases especiales para mejorar su expresividad. El primer día, el acusado convocó a dos deportistas, una semana después ya solo fue convocada la víctima, momento en que le pidió que se tumbase y relajase "comenzando a darle un masaje con el puño cerrado por la zona del pubis". La semana siguiente la joven también acudió sola, pues su compañera estaba en un campeonato. Entonces, según la acusación, el director del club comenzó la clase con preguntas sobre su vida sexual. Le pidió que se quitara el sujetador y que se tumbara en el suelo, tocándole el cuerpo por encima y por debajo de la ropa, no obstante haberle dicho la menor que sí estaba nerviosa e incómoda. La clase concluyó tras pedirle el acusado que le ayudase a elaborar unas facturas, diciéndole expresamente que se mantuviese sin sujetador. La vista continúa hoy con nuevos peritos y testigos.